Las asunciones de Andrés Manuel López Obrador como presidente de México y de Jair Bolsonaro como primer mandatario de Brasil plantean un desafío. Mientras América latina se derechiza, estrenando dirigencia extremista en su principal economía, el fin del ciclo neoliberal en el país vecino de (y asediado por) los EE.UU. despierta la ilusión del progresismo latinoamericano. Caras y Caretas dedica su próximo número, que estará mañana en los kioscos opcional con PáginaI12, al análisis de este nuevo escenario regional.
“Macri y Bolsonaro se parecen aunque con epifanías diferentes. América latina inicia una etapa de oscuridad –incompleta en parte por el ascenso del gobierno popular de AMLO en México– donde el objetivo central es el saqueo sin límite de sus recursos naturales, de su civilización humanitaria del siglo XX y de los derechos económicos y sociales de las absolutas mayorías”, alerta María Seoane en su editorial.
Felipe Pigna advierte que este año “encuentra a América latina con un paisaje diverso aunque con una fuerte impronta neoliberal conservadora”.
Desde la nota de tapa, Telma Luzzani sostiene que “México y Brasil han dado un giro copernicano en sus políticas y fuerzan a un reordenamiento del tablero regional”, en el contexto de una reconfiguración global que en Occidente se caracteriza por “el agotamiento de la actual fase neoliberal, la desglobalización y el retorno al nacionalismo político y económico”.
Atilio Boron señala que el gobierno de Bolsonaro implica “una regresión de corte neocolonial que subordina el gigante sudamericano a los intereses nacionales y geopolíticos de EE.UU.”, pero que el México de AMLO, “por moderadas que sean sus políticas, se sitúa en las antípodas del neoliberalismo”.
Emiliano Guido traza el mapa electoral: en los comicios generales de la Argentina, Bolivia y Uruguay, en octubre próximo, se juega la posibilidad de liberar a la región de la ola neoliberal que la acecha. Fernando Amato analiza el caso argentino: “Los triunfos de Bolsonaro en Brasil y de López Obrador en México parecen reflejar las disputas en las que se juegan nuestras venas abiertas”. ¿Qué provecho les sacarán el oficialismo y la oposición?
Mariano Beldyk analiza este escenario inédito: “Por primera vez, México tiene un gobierno que no es del eterno PRI ni de los conservadores del PAN, sino que se eleva de la mano del hombre al que siempre los mercados tacharon como el cuco izquierdista. Y en Brasil, un líder marginal del pensamiento extremo ha conquistado el poder a lomos de un sistema institucional roto en su lazo más íntimo con la sociedad”. Alberto López Girondo, en tanto, reconstruye la historia de la izquierda mexicana, en tanto Mario Rapoport da cuenta de la historia de la derecha brasileña. Y Carlos Aznárez y Ayelén Oliva trazan, respectivamente, los perfiles de AMLO y Bolsonaro.
Néstor Restivo traza una mirada regional: “Si la llegada de Macri y sus pares de derecha ya comenzó a arruinar el Mercosur, la Unasur, el Consejo de Defensa Suramericano y otras instancias de integración regional, Bolsonaro augura una profundización de ese desarme”, señala, y agrega que el giro político en México “cambiará la postura mexicana en la ONU y recuperará la tradición de no intervención en asuntos de otros países”.
Bruno Bimbi hace un crudo relato del desgarramiento del tejido social en Brasil: entre los votantes de Bolsonaro “están los que piensan que los gays y las lesbianas fueron demasiado lejos y que es un asco que puedan casarse. Creen que es mejor un hijo muerto a un hijo homosexual. Están también los que piensan, como su líder, que ‘delincuente bueno es el delincuente muerto’ y que los derechos humanos son un invento de defensores de delincuentes”.
Nicolás Trotta elabora un panorama regional y sostiene que “la disputa continúa en un año electoral clave para nuestro continente. La Argentina, Bolivia y Uruguay pueden interrumpir el avance conservador”. Ricardo Ragendorfer aporta un caso tremendo de cooperación entre las dictaduras argentina y brasileña, en el marco del Plan Cóndor: el secuestro de dos cuadros montoneros en el aeropuerto de Río de Janeiro durante la Contraofensiva.
El número de este mes se completa con entrevistas con Emir Sader (por Agustina Arredondo), Luis Hernández Navarro (por Virginia Poblet) y Pedro Brieger (por Astrid Riehn). Un número imprescindible, con las ilustraciones y los diseños artesanales que caracterizan a Caras y Caretas desde su fundación a fines del siglo XIX hasta la modernidad del siglo XXI.