En su primera aparición pública luego de haberse autoproclamado presidente, Juan Guaidó invirtió los roles y dijo que si las autoridades del país intentan meterlo preso, eso sería un golpe de estado. “Se ha corrido mucho el rumor de si me van a meter preso o no (...) golpe sería si me llevan, eso es un golpe”, dijo a modo de respuesta al presidente Nicolás Maduro, quien desde el miércoles denunció un intento de golpe.
A los pocos minutos desde el Palacio de Miraflores Maduro le respondió: “Jamás renunciaré a los compromisos de la patria, nunca jamás bajo ninguna circunstancia. Vamos a derrotar un golpe de estado que pretende intervenir la vida política e instaurar un régimen títere a los intereses del imperio y sus aliados”. En una rueda de prensa a medios internacionales, el presidente bolivariano afirmó además que está dispuesto a encontrarse con Guaidó, una propuesta que el líder opositor rechazó de inmediato. Ayer mismo, México volvió a proponerse como garante de una salida dialoguista al conflicto, una propuesta a la que también se sumó la ex presidente chilena Michelle Bachelet. Mientras tanto, Rusia, en voz de su ministro de Relaciones Exteriores, volvió a condenar la postura de Estados Unidos al igual que lo hizo el presidente turco Recep Erdogan. En el bando opuesto, España y Francia exigieron a la Unión Europea que reconozca a Guaidó en caso de que Maduro no llame a elecciones. Según fuentes diplomáticas, la duración de este plazo, que en todo caso será muy breve, está en plena discusión entre los embajadores políticos de los 28 países de la Unión Europea. Mientras tanto Estados Unidos mantuvo su ofensiva diplomática y convocó para hoy una reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para tratar la situación en Venezuela.
“Un minuto de silencio a todas las víctimas producto de la brutal represión”, dijo Guaidó ante decenas de seguidores que asistieron a su primer acto público ayer en el este de Caracas. “Esos mártires tienen respaldo hoy en esta plaza”, dijo al referirse a los muertos y detenidos en las manifestaciones de los últimos cuatro días, aunque aún el ministerio público no dio datos certeros de su cantidad. Según la última información que ofreció el gobierno los muertos no superaban las 15 personas. Sin embargo el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), entidad no gubernamental, afirma que hay 26 personas asesinadas por herida de bala. “Ese fue el silencio con que arrancamos el año, lo decíamos el 5 de enero, pero también fue el silencio que rompimos con mucha fuerza el 23 de enero en todo los rincones de Venezuela”, agregó Guaidó al referirse al día en el que se produjo una masiva marcha que lo respaldó en su juramento.
Mientras tanto desde el Palacio de Miraflores Maduro acusó a Guaidó de trabajar para Estados Unidos. “Lo conozco, es un agente de los gringos en Venezuela, que lo formaron como agente y lo metieron en la política, un agente del Gobierno de los Estados Unidos. Lo sé y va a cumplir órdenes de ellos, no tiene capacidad de pensar él”, afirmó el discípulo del ex mandatario Hugo Chávez. Luego comentó que el dirigente chavista Freddy Bernal supuestamente sostuvo una reunión con Guaidó antes de su proclamación en la que habría solicitado un diálogo con el gobierno. “Cuando Freddy Bernal me informó eso yo le dije desde mi corazón, con mucho respeto, no le creo nada, porque yo se quién es él”, relató. “Siempre ha habido canales de comunicación. Estoy listo para el diálogo porque creo en la paz, en la palabra, soy un hombre de palabra” dijo al subrayar su compromiso de llegar a una solución pacífica a pesar de las reacciones de la oposición venezolana y la injerencia extranjera. Además expresó su deseo de que más temprano que tarde la oposición salga de la trampa en la que fue metida por sus líderes y se una al diálogo. A propósito del intento de golpe de estado, Maduro dijo que ahora es responsabilidad del sistema de justicia de actuar conforme a la ley para preservar el orden democrático. Y en cuanto a Trump, volvió a describirlo como el líder de la ofensiva.
El presidente insistió en su plazo de 72 horas al gobierno estadounidense para desalojar embajadas y consulados que se cumplen hoy, mientras espera que regresen sus diplomáticos de Estados Unidos para dejar cerradas todas sus sedes en Washington. Desde un principio Trump respondió que no cumplirá con la orden de Maduro sino que seguirá los lineamientos de Guaidó, quien prometió continuar las relaciones bilaterales. No obstante, ayer trascendió que el magnate neoyorkino retiró del país caribeño a la diplomacia prescindible.
El magistrado Juan José Mendoza, presidente de la Sala Constitucional del Supremo de Venezuela, exhortó el miércoles a la Fiscalía a determinar las responsabilidades que pudieran tener los integrantes de la opositora Asamblea Nacional en el accionar de Guaidó. El Tribunal Supremo, por su parte, sustentó esta declaración. El fiscal general, Tarek William Saab, repudió los actos de Guaidó y la respuesta internacional pero sin anunciar por ahora ninguna acción en su contra. Guaidó había sido detenido momentáneamente por el Servicio Bolivariano de Inteligencia venezolano exactamente diez días antes de su autoproclamación.
En su extenso discurso Maduro también cargó contra el canciller español, Josep Borrel, quien exigió que Venezuela convoque a elecciones en un plazo temporal. “No tienen moral para imponerle lecciones a Venezuela, parecen repetir el guión de José María Aznar en 2002, cuando apoyó el golpe de Estado contra Chávez”, denunció el mandatario y aclaró sus diferencias con el país, con su racismo y discriminación. Con una propuesta distinta, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, reiteró su disposición a mediar en la crisis, pero señalando que esa labor solo podría realizarse si las partes en pugna lo solicitan y sin violar el principio de la autodeterminación de los pueblos. Obrador explicó que la decisión responde a la tradición histórica que ha tenido el país azteca en política exterior y adelantó que su secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, ya tiene instrucciones para apoyar una salida dialogada.