Carolina Pochetti, la viuda de Daniel Muñoz, ex secretario de Néstor Kirchner, estuvo reunida ayer con el juez federal Claudio Bonadio durante cinco horas respondiendo preguntas con el propósito de convencerlo de que la convierta en arrepentida. Sin embargo, por el momento, no hubo acuerdo de homologación, sus dichos en la causa quedaron en secreto y ella regresó a la cárcel de Ezeiza. Después de estar tres meses presa, decidió cambiar de estrategia. El miércoles la viuda se desvinculó de su segundo abogado porque el primero, Miguel Angel Plo, quedó imputado en la causa, y nombró a un defensor oficial. El jueves declaró ante los fiscales Carlos Stornelli y Carlos Rívolo como “imputada-colaboradora” y logró firmar un acuerdo con ellos. Ayer la viuda fue trasladada a la alcaidía de los tribunales federales de Retiro, pasó por el quinto piso para ver primero a su defensor y luego la llevaron al cuarto piso para la reunión con Bonadio. Asistida por el defensor oficial Juan Martín Hermida y frente al fiscal Rívolo, Pochetti confirmó que llegó al acuerdo de arrepentimiento bajo su voluntad. La viuda de Muñoz vuelve a escena en un tramo de la causa en donde se puso en la mira el presunto lavado de dinero de unos 70 millones de dólares con los que el ex secretario de Néstor y sus testaferros compraron al menos 16 propiedades en Nueva York y Miami y luego vendieron.