Techint amenazó con retirarse del proyecto de construcción del reactor Carem 25, ubicado en Zárate, si el Gobierno no actualiza los precios de los certificados de obra. Con el riesgo de que unos 350 trabajadores involucrados en el Carem se queden sin trabajo en una zona muy golpeada por la crisis y de que se profundice el conflicto con el grupo de la T, el Gobierno se sentó a negociar y por ahora aquella amenaza quedó en suspenso. El Carem (Central Argentina de Elementos Modulares) es un proyecto de reactor nuclear de baja potencia (25 megavatios) con un diseño argentino.
La primera etapa del proyecto del Carem comenzó bajo el gobierno anterior, en 2014, con la coordinación de la empresa estatal Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA). En 2017, la administración de Mauricio Macri licitó y adjudicó a Techint la segunda etapa de las obras civiles, con un contrato por 1148 millones de pesos. Las otras empresas involucradas en la obra son la alemana Siemens como proveedora de la turbina generadora, Tecna (ingeniería y desarrollo de equipos), Invap (diseño del reactor) y Conuar, en la fabricación del corset de acero que contiene al reactor. La coordinación general está a cargo de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y de la subsecretaría de Energía Nuclear, que dirige Julián Gadano. Se calcula que hasta ahora el proyecto está en una fase de avance del 50 por ciento y demandó una inversión de 380 millones de dólares.
“La empresa Techint advirtió que el día 30 de este mes levantaría campamento si el Gobierno no ofrecía un reconocimiento de los nuevos precios de la obra. Ellos venían ejecutando la obra con valores de 2017. Pero tenemos entendido que el jueves hubo reuniones entre directivos de la empresa, Julián Gadano y la gente de NASA”, indicó a este diario el secretario general de la Uocra seccional Zárate, Julio González. Desde el gremio sostienen que Techint reclama al Gobierno 9 millones de dólares. Fuentes del sector privado reconocieron que “se abrió una instancia de negociación por el pago de las deudas acumuladas”.
“El proyecto del Carem involucra unos 350 trabajadores en total, son 270 de Uocra, 50 de Uecara –jerárquicos de la construcción– y otro tanto de otros gremios. La empresa nos había comunicado la decisión irreversible de abandonar la obra porque la CNEA le debe dinero y no actualiza contrato”, dijo a este diario Jorge Ponce, de Uecara. “Acá en la zona del norte de Buenos Aires tenemos muchísimos problemas laborales desde 2016. Tenemos empresas como Quilmes, Toyota, Siderca, Axion y Monsanto y se han frenado proyectos de obra. En el proyecto de la cuarta central nuclear no quedó nadie y se hablaba de un total de 4500 trabajadores para la obra. Si Techint se va sería un golpe durísimo para nosotros, aunque la obra se retomaría luego de un par de meses de parate”, agregó Ponce.
Se espera que el reactor Carem pueda estar en funcionamiento para el 2022, para lo cual el Estado deberá desembolsar más de 300 millones de dólares adicionales. De continuar el ritmo actual de obra, en los próximos meses comenzaría el montaje electromecánico de las piezas. El Carem va a ser el primer reactor de baja potencia realizado íntegramente con tecnología nacional, ya que Embalse es de diseño canadiense y Atucha I y II tienen tecnología alemana. El proyecto tiene además impacto sobre la industria metalmecánica local, que acumula una caída general del 9,8 por ciento en el período enero-noviembre del año pasado.