Cada vez que cantaba, Mercedes Sosa parecía habitada por el significado político de su voz. Lo que irradiaba arriba de un escenario excedía a la Mercedes de carne y hueso, mucho más frágil, a veces contradictoria pero siempre generosa y sencilla, casi ajena a los alcances de su figura pública. Esa doble condición –que no siempre coincide en un mismo artista– facilitó que fluyera entre sus colegas una corriente pareja de cariño y admiración.  A poco menos de diez años de su muerte, la Negra será esta noche objeto de un homenaje en el festival de Cosquín. Estarán allí varios de los que la quisieron y admiraron, pero también otros que no la conocieron personalmente, pero recibieron el legado de su fuerza telúrica. Unos y otros (participarán del tributo León Gieco, Víctor Heredia, Liliana Herrero, Teresa Parodi, Peteco Carabajal, Julia Zenko, Mónica Abraham, Bruno Arias, Nahuel Pennisi, La Bruja Salguero, José Luis Aguirre y Nadia Larcher) aportarán sus voces para recordar a la gran voz de América latina. 

Mercedes “vuelve” así a la Plaza Próspero Molina, un escenario que se convirtió, a lo largo de su carrera, en una suerte de téster de los vaivenes políticos nacionales y de los humores propios del folklore.  Allí se consagró la Negra en 1965, cuando Jorge Cafrune la invitó a cantar, en contra del deseo de los organizadores; Cosquín es, también, el lugar simbólico del regreso de Mercedes a la Argentina tras los años de exilio durante la dictadura; en los 90, además, metió una cuña entre los sectores más conservadores del folklore cuando hizo subir al escenario a Charly García. Aquella noche de enero de 1997, doce mil personas terminaron cantando con Mercedes y Charly la respetuosa -pero cuestionada por los más recalcitrantes-versión del Himno Nacional que había hecho el músico.  

El de esta noche será un homenaje a tono con esa historia. Acaso el más ambicioso de cuantos se hayan hecho para recordarla. El espectáculo, producido por la Fundación Mercedes Sosa, tendrá en la dirección musical a Popi Spatocco, que acompañó musicalmente a la Negra durante veinte años. El pianista estará al frente de un quinteto estable que incluirá además a 

Colo Belmonte (batería), Ricardo Cánepa (contrabajo), Sebastián Enriquez (guitarra) y Juan Pablo Di Leone (flauta). Pero además habrá una orquesta  y un coro multitudinario preparado por Edgar Moya Godoy. La presencia de voces tan emblemáticas como las de Gieco, Heredia y Parodi, entre otras, sumadas a otras más jóvenes, como las de Bruno Arias, Nahuel Pennisi y Nadia Larcher, marcan una de las claves curatoriales del encuentro. Según Spatocco, el homenaje tiene como uno de sus ejes el legado de Mercedes, es decir, esa posta que la Negra transmitió a diversas generaciones. Otra clave será el espíritu colectivo del encuentro: “Nos pareció que esta es la mejor manera de recordar su legado. De manera colectiva, porque ella siempre pensó de este modo y su obra lo transmite así”. En el espectáculo no se escuchará cantar a Mercedes: “Creemos que el encuentro ya va a ser lo suficientemente movilizador para todos nosotros, y poner imágenes de Mercedes cantando podía ser demasiado emotivo, casi un golpe bajo de nuestra parte. Pero sí estará su voz, expresando su pensamiento y dando su parecer sobre las composiciones que se van a interpretar”, destaca Spatocco. 

La lista de cantantes invitados incluirá seis varones y seis mujeres. Las participantes del homenaje coinciden en la empatía de género que se establecía con Mercedes. Teresa Parodi recuerda que “mucho antes de que se hablara masivamente de estos temas, Mercedes tenía un fuerte compromiso para ayudar, aconsejar y estar cerca de otras cantantes mujeres. Puedo hablar de mi caso, que fui acompañada durante tantos años por su amistad. Pero también recuerdo esos encuentros de cantoras en su casa. Nos invitaba para tomar el te. Estábamos Carmen Guzmán, Liliana Herrero, María Graña, Soledad, Ramona Galarza y yo. Nos hablaba de música, pero también se preocupaba por nuestras vidas, por nuestra salud. ¡Nos retaba! Ahora también, en este homenaje, quiero sentirme como si estuviera en su casa, tomando el te”. 

Parodi, junto a Herrero, Abraham, Salguero, Zenko y Larcher, cantarán, todas juntas, “Alfonsina y el mar” y “Gracias a la vida”, dos temas en los que el componente de género está muy presente, por Alfonsina Storni y Violeta Parra, respectivamente.

Herrero considera que Mercedes les abrió el camino a todas las cantantes. 

“Pensar que se puede cantar como si no hubiese existido Mercedes es imposible. A su vez, creo que es necesario recostarse en Mercedes y separarse de ella: sin Mercedes no se puede. Y recostarse en ella solamente tampoco se corresponde con lo que quería para cada uno de nosotros. Mercedes marcó un camino y nos dejó en libertad, para que cada uno abriera su propio sendero”. La cantante también destaca “ese gesto permanente de Mercedes de bancar a los compañeros músicos y a las músicas. Recuerdo una noche, precisamente en Cosquín, había sido mi primera actuación allí. El show no había sido bueno, yo me sentía apichonada. Al otro día, Mercedes me pidió que subiera a cantar con ella, fue un gesto de reivindicación que no voy a olvidar jamás”. 

La vida artística de Parodi también tiene un link particular con Mercedes y con Cosquín. La misma noche de 1984 en que Mercedes concretó su regreso al festival cordobés después de su exilio, Teresa obtuvo el Premio Consagración. Desde entonces sintió que la Negra era una especie de “hermana mayor”. Para la autora de “Pedro Canoero” (canción que la Negra contribuyó a que se convirtiera en un clásico), Mercedes “es el rostro de América, que sintetiza nuestra memoria. Cuando uno la oye cantar, siente que ese espacio que brinda su voz, con sus canciones grabadas a fuego, es un refugio extraordinario. Esa sonoridad hace que marques un territorio, un mapa. El mapa de la Argentina y más allá, el de la Patria Grande. Cuando se logra eso, es para siempre”. Parodi habla de las identificaciones ideológicas, de la lucha para que el vínculo entre el público y el artista esté mediado por la belleza antes que por las imposiciones del mercado. “Mercedes fue coherente hasta el último minuto de su vida. Nos dejó la huella de la memoria, de la búsqueda permanente de la libertad, por un mundo mejor, basado en la fuerza de lo colectivo. Nos sigue marcando el camino a todos”.  

Heredia participará de la interpretación de canciones como “Razón de vivir”, “Sube”, “Si llega a ser tucumana”, “Inconsciente colectivo”, “Cuando tenga la tierra” y “Yo vengo a ofrecer mi corazón”. Con una larga historia de encuentros con la Negra, el cantautor destaca que “es muy difícil separar el cariño entrañable a la mujer de la admiración por su talento artístico. Fue un regalo de la vida compartir escenarios con ella, conocerla y estar cerca. Tanto en los momentos más angustiosos de la vida como en los de alegría, que también fueron muchos. Me acuerdo de las situaciones que vivimos juntos durante la dictadura. Los encuentros en España, donde con otros artistas éramos ‘los exiliaditos’. Cada uno con su historia, con su punto de vista sobre lo que había que hacer. Pero en ella me conmovía mucho su angustia, el verla con el llanto a flor de piel, porque extrañaba muchísimo a su gente en la Argentina”. 

El autor de “Sobreviviendo” dice que “Con mis canciones, me pasa que una vez que las cantó Mercedes, es como que hubiesen pasado a ser de ella. Yo escucho ‘Razón de vivir’ y lo primero que me viene a la mente es la voz de la Negra. En algunos lugares de Internet, inclusive, aparecen como si los hubiera compuesto ella. Además, hay temas que una vez que los escuché interpretados por Mercedes, no me animé a cantarlos nunca más. Por ejemplo ‘Una canción posible’, se la escuché cantar en el Carnegie hall y no la canté nunca más. Me inhibí. La canto en mi casa pero en un escenario no.  Pero no hace falta. Ella enriquecía y embellecía todo lo que cantaba”.