Cosquín es el escenario perfecto para hacerle un homenaje a Mercedes Sosa. Todavía hoy se recuerda cuando Jorge Cafrune la presentó por primera vez a pesar de las negativas de la comisión de esos años, los 60. Después ella tocó muchas veces allí. La gente aún recuerda lo transgresora que fue cuando presentó por única vez a Charly García. Y por mi parte, nunca olvidaré cuando me invitó a cantar “Sólo le pido a dios” en ese espacio. Fue una de las experiencias más importantes que tuve en mi vida. Ella mencionaba Cosquín en todos los lugares del mundo donde actuaba. Una vez, en una gira que compartí por Australia, me dijo: “Nene, si el día de mañana la comisión de Cosquín no tiene dinero para pagarnos, todos los artistas deberíamos ir gratis a cantar allí. No podemos dejar caer este lugar tan importante para la música folklórica argentina”.
Hoy no solo la estamos homenajeando, sino que también estamos aportando para su fundación, que tampoco los artistas tenemos que dejar caer. Tengo la esperanza de que alguna vez algún gobierno tenga la sensibilidad de darle a los argentinos que vienen de las provincias, a los que viven en Capital, o a los turistas de todo el mundo, la oportunidad de disfrutar de conciertos y actividades en un espacio que se llame Mercedes Sosa y que en su hall de entrada se expongan cosas y datos para que todos sepan de su increíble vida, la vida de esa mujer luchadora y bondadosa que a pesar de su estatura entraba con esos pasos largos hasta el centro del escenario y hacía vibrar hasta llorar a argentinos, alemanes, japoneses, suizos, italianos o noruegos.