Los socorristas que trabajan en Brumadinho, la localidad brasileña de Minas Gerais donde ayer colapsó un dique con residuos de la explotación de la minera Vale, siguen en la búsqueda de personas que hayan sobrevivido al desastre. Sin embargo, con el correr de las horas aumenta el número de muertos y se contabilizan casi 300 desaparecidos. El gobierno de Brasil, en tanto, le impuso una primera multa de 66,5 millones de dólares a Vale, una compañía fuertemente cuestionada por los ambientalistas que en 2015 ya había provocado un desastre similar en otro pueblo cercano.
Según el último conteo dado a conocer por las autoridades que coordinan las tareas de búsqueda y rescate, los muertos confirmados son 34. La cifra, que se descuenta que ascenderá mucho más en virtud de la cantidad de desaparecidos, confirma lo que se suponía desde un principio: que el desastre es mucho mayor al que provocó Vale hace poco más de tres años en Mariana, también Minas Gerais, donde murieron 19 personas.
Sepultado entre el lodo fue encontrado un colectivo. Un vocero de los bomberos informó que todos los ocupantes de un autobús, que había quedado en una zona de difícil acceso y en el que había expectativas de hallar personas con vida, estaban muertos.
El colectivo era uno de los cuatro puntos identificados previamente con posibles sobrevivientes. Los otros eran una comunidad, un edificio y una locomotora.
Brumadinho es una localidad emplazada a 60 km de Belo Horizonte, capital de Minas Gerais. Ayer a la tarde cedió la represa del complejo minero Córrego do Feijão, perteneciente a Vale, una empresa gigante del sector minero, y los desechos de la actividad minera junto al barro que arrastraron sepultaron las instalaciones de la firma y todo lo que encontraron a su paso.
En la zona que registraron hoyo escenas de desesperación de quienes perdieron o desconocen el paradero de familiares y amigos. Imágenes aéreas muestran casas arrasadas, animales empantanados, estructuras destruidas y vehículos cubiertos por la impresionante marea marrón que también se traga la vegetación de la zona. Personas deambulan con fotos de familiares y amigos desaparecidos.
El gobernador del estado, Romeu Zema, dijo que las chances de rescatar sobrevivientes son "mínimas". El coronel Edgard Estevo, comandante de los bomberos de Minas Gerais, dijo que de todos modos las tareas de los rescatistas "se prolongarán durante semanas, para que podamos dar noticias a todas las familias de los desaparecidos".