El cordobés Gustavo Fernández se consagró campeón del Abierto de Australia en tenis adaptado por segunda vez en su carrera, luego de vencer al sueco Stefan Olsson por 7-5 y 6-3. El Lobito, número dos del ranking mundial de la especialidad, festejó así su tercer título de Grand Slam en singles tras ganar en Melbourne en 2017 y ser campeón de Roland Garros un año antes.
En su flamante coronación, dejó en el camino al australiano Ben Weekes (invitado) en cuartos de final; al francés Stephane Houdet en semifinales y ayer al sueco, que llegaba de eliminar al máximo favorito, el japonés Shingo Kunieda.
Fernández, de 25 años, pudo tomarse revancha de un rival que el año pasado lo había vencido en la final de Wimbledon y también en otros dos torneos posteriores: Bath, Gran Bretaña en semifinales y Saint Louis, Estados Unidos en cuartos de final. “Estoy muy orgulloso de cómo encaré esta semana, ya que en los últimos grandes torneos se me había negado como consecuencia de no saber llevar las emociones”, explicó Fernández, quien en 2018 también fue subcampeón de Roland Garros.
El cordobés admitió que su rival “es un jugador muy duro” que le suele jugarle con el revés cortado sobre la zona de su derecha. “El se motiva especialmente jugando conmigo pero está bueno porque nos hace tener una rivalidad muy linda”, agregó Fernández, quien tuvo palabras de reconocimiento hacia el sueco durante la ceremonia de premiación.
El flamante campeón luego criticó que no haya podido traer a la gira australiana a su fisioterapeuta por razones económicas y confió en que se pueda mejorar este aspecto en los próximos años. “No sé cuanto he ganado con este torneo, sé que han aumentado los premios. Este año, como he sido campeón, no ha pasado como en 2014 que perdí mucho más de lo que gané. Si no ganás el torneo gastás más de lo que te ingresa”, agregó.