En lo que fue el comienzo de la era post Luis “Pulga” Rodríguez –vendido a Colón durante el receso–, Atlético Tucumán deleitó a su gente con una goleada 4-1 sobre un Gimnasia que, por momentos, sólo supo recurrir a la pierna fuerte para frenar el gran nivel decano. El elenco de Ricardo Zielinski recuperó así el tercer puesto del torneo (que había perdido momentáneamente por el triunfo de Huracán); mientras que el de Pedro Troglio no puede dejar de mirar con preocupación la tabla de los promedios, donde siete puntos lo separan de la zona de peligro.
El reloj no marcaba el primer cuarto de hora del encuentro y el local ya estaba dos goles arriba. Es que la defensa platense ofreció demasiadas ventajas a los tucumanos, que contaron con las actuaciones superlativas de Favio Alvarez y Leandro Díaz, autores del primer y segundo tanto (de penal) respectivamente. A los 35, Gimnasia esbozó una reacción con el descuento de Leonardo Faravelli, pero no alcanzó para disimular la superioridad decana. Un cabezazo de Yonathan Cabral que se le escapó entre las piernas al bueno de Alexis Martín Arias sobre el final de la primera parte y un penal de Mauro Matos en el complemento dieron por terminada la goleada, aunque no los festejos ya que, envalentonados por el resultado, los jugadores de Atlético no pararon de tirar caños hasta el final. Fue una verdadera fiesta la de Atlético que, por lo menos por anoche, se olvidó de su gran ídolo.