Cincuenta y ocho personas murieron luego de la avalancha del viernes, provocada por la rotura de una represa en localidad brasileña de Brumadinho, en el estado de Minas Gerais en el sureste de ese país. Ante el peligro de que otra represa colapse, autoridades de la región decidieron evacuar a los habitantes de las comunidades rurales de Corrego Feijao, Tejuco y Parque das Cachoeiras. También se frenó la búsqueda de los 305 empleados desaparecidos. El Papa Francisco se solidarizó con las víctimas de la tragedia.

La Policía Civil local confirmó la muerte de 58 personas, de las cuales fueron identificadas sólo 16. Wagner Pinto de Souza, jefe de la Policía Civil de Minas Gerais, informó que, del total de fallecidos, “ocho ya fueron entregados a los familiares para el debido sepultamiento”. Por su parte, la empresa minera Vale, dueña de las represas, publicó ayer a la tarde un listado con la cantidad de empleados desaparecidos. 

Los bomberos lograron rescatar a 192 personas después de que el viernes pasado una de las represas de Vale se rompiera y generara una avalancha de lodo y residuos que arrasó con varias comunidades rurales de Minas Gerais. Ayer, los profesionales se vieron obligados a frenar la búsqueda de las 305 personas desaparecidas ante el riesgo de rotura de otro de los diques del complejo minero de Vale en Brumadinho, ciudad donde se encuentra el museo de cielo abierto de Inhotim. 

Defensa Civil manifestó que existe un peligro inminente de que colapse la represa B VI, la cual contiene entre tres y cuatro millones de metros cúbicos de agua. Ante este panorama, aseguraron que la construcción “volvió al nivel 1 de alerta” e iniciaron las tareas de evacuación de comunidades rurales de la zona. “Sobre las 5.30 sonaron las alarmas indicado posibilidad de riesgo inminente de la rotura del dique B VI, que contiene agua”, alertó el vocero de los bomberos, teniente Pedro Aihara.

Incluso la minera Vale, propietaria de la explotación, confirmó en un comunicado que se activaron las alarmas en la región de la mina Córrego do Feijao al “detectar aumento de los niveles de agua” en el dique VI, que forma parte del complejo de Brumadinho.

Pobladores de Corrego Feijao, Tejuco y Parque das Cachoeiras fueron trasladados a puntos elevados de la región para protegerlos de la posibilidad de una nueva avalancha. Marcos Vinicius Pinto, uno de los evacuados, contó que acompañó a un vecino que se sentía mal y, cuando intentó volver a su casa, las autoridades le impidieron el paso. “Tenemos que recoger nuestras cosas, tenemos que recoger a nuestra niña que está con la abuela”, argumentó.

Desde el cuerpo de bomberos informaron que “planeaban evacuar a 24.000 personas de sus casas” para protegerlos del posible colapso de la represa. Sin embargo, a partir del bombeo del líquido dentro de la estructura, solamente 3.000 habitantes fueron trasladados. Aihara explicó que desde el sábado se comenzó a bombear la represa “para retirar el agua con el fin de vaciarla y hacerla más segura”.

Hasta el momento, no se logró determinar qué causó el accidente. Según el presidente de Vale, Fábio Schvartsman, la represa no era usada desde hacía tres años y había sido verificada regularmente. Sin embargo, la Justicia brasileña ordenó el cierre de las cuentas de la empresa y determinó el bloqueo de 6.000 millones de reales (unos 1.621 millones de dólares) de la compañía para el “inmediato y efectivo amparo a las víctimas y reducción de las consecuencias” de la catástrofe. El Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama), por su parte, aplicó a la minera una multa de 250 millones de reales (alrededor de 67,5 millones de dólares) por el desastre.

En 2015 ocurrió un episodio similar en Mariana, también en Minas Gerais, que mató a 19 personas y contaminó tierras y ríos en dos estados brasileños a lo largo del río Doce. La represa era de Samarco, una empresa controlada por Vale y la anglo-australiana BHP Billiton. “Es increíble: tres años y dos meses después de Mariana, otro accidente en la misma región y con las mismas características. Podemos decir que no hubo ningún avance respecto a las medidas de gobierno ni a prácticas empresariales”, dijo el director de campaña de Greenpeace Brasil, Nilo D’Avila.

En Panamá, el Papa Francisco se solidarizó con las víctimas y pidió rezar por los heridos. “Confío en la misericordia de Dios a todas las personas fallecidas. Al mismo tiempo, rezo por los heridos y expreso mi afecto y cercanía espiritual a sus familiares ya toda la población”, afirmó.

EFE
Vista aérea de las tareas de rescate entre el barro.