La decisión de las autoridades sanitarias nacionales de impedir que, en medio del brote de hantavirus, el Instituto Nacional de Enfermedades Virales Dr. Julio Maiztegui (Inevh) de Pergamino realice los estudios para confirmar casos de esa enfermedad –y centralizar esa práctica en la porteña Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (Anlis-Malbrán) generó rechazos entre la comunidad científica, los trabajadores del instituto, la política y la sociedad de la ciudad del norte bonaerense.
El viernes pasado, el Concejo Deliberante local aprobó por unanimidad una resolución mediante la cual se solicitó a la secretaría de Salud de la Nación que “se garantice la continuidad del trabajo técnico científico que se desarrolla en el Instituto, y que “se le restituyan las funciones en la referencia del diagnóstico de hantavirus que venía desarrollando con probada trayectoria y profesionalismo desde 1992”.
Durante una sesión extraordinaria que fue presenciada por una gran cantidad de trabajadores del “Maiztegui”, también se solicitó al devaluado secretario de Salud Adolfo Rubinstein “la modificación de los términos de la resolución Nº 70/2014” para reincorporarlo “como centro de referencia en hantavirus”.
Se trata de la resolución que en diálogo con este diario defendió Claudia Perandones, la actual interventora de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (Anlis) que centralizó el análisis de muestras en el Malbrán por la necesidad de “homogeneizar los procedimientos para garantizar la consistencia de todos los resultados. En la edición del viernes pasado de este diario, la funcionaria sostuvo que “por la resolución 70 de 2014 firmada por (el entonces ministro de Salud, Juan) Manzur, el único laboratorio de referencia para hantavirus es el laboratorio del Anlis Malbrán, no el Instituto Maiztegui”.
Si bien fuentes oficiales confirmaron que la norma se encuentra vigente, causó suspicacias que la misma no esté hallable en la web del exministerio de Salud ni en otros sitios especializados de recopilación y archivo de documentos oficiales. Empleados del Maiztegui que pidieron anonimato señalaron que “esa resolución ‘apareció’ ahora y no fue comunicada previamente”. Además, llamó la atención que estando vigente desde 2014, durante más de cuatro años nunca se la tornó operativa.
La sesión del Concejo Deliberante de Pergamino contó con la presencia de Delia Enría, la emblemática especialista en enfermedades infecciones, recientemente jubilada tras conducir el establecimiento durante 25 años. En declaraciones al diario La Opinión de esa ciudad, la médica que obtuvo su cargo por concurso dijo que “es algo terrible para quienes sabemos qué rol ha jugado en brotes anteriores el Instituto Maiztegui y por otra parte debemos estar atentos ante el desfinanciamiento, que no se realiza desde Pergamino sino desde los organismos superiores, y que hace que el Instituto tiemble”.
El recorte de funciones del Maiztegui es vivido directamente como un ataque a Pergamino, sus instituciones y su gente. Todo eso, en medio del temor de los trabajadores por la pérdida de sus fuentes laborales. Por eso, La Federación Agraria local convocó a un abrazo al instituto, que tendrá lugar el viernes venidero a las 11.
Sebastián Campo, titular de la organización, definió como “preocupante desfinanciar una institución semejante” y destacó el compromiso de la Federación Agraria “con el Instituto que creó y produce la vacuna contra la fiebre hemorrágica argentina, que vino a combatir una enfermedad que era propia de los pequeños y medianos productores rurales”.
Días atrás, la Sociedad Argentina de Virología también hizo “un llamado a la reflexión de las autoridades de la secretaria de Salud de la Nación y a todos los agentes involucrados en esta decisión, a revertir la medida y preservar la totalidad de las funciones de esta destacadísima institución”.
Y un numeroso conjunto de trabajadores del Maiztegui firmó una declaración en la que afirman que “la decisión genera una demora en la respuesta diagnóstica no sólo para hantavirus, sino también para el resto de las patologías que integran el diagnóstico diferencial con la misma, tales como dengue, fiebre hemorrágica argentina, fiebre amarilla, entre otras. Se produce también un mal uso de los recursos del Estado, ya que el Inevh tiene más de 30 años de experiencia para el diagnóstico de hantavirus y cuenta con todas las capacidades técnicas y de infraestructura instaladas”.