La autopsia practicada al cuerpo de Lourdes Quevedo ‑la chica de 16 años que murió el sábado en Venado Tuerto como consecuencia de una ingesta de alcohol y drogas‑ reveló que la sustancia ingerida fue benzodiazepina, la droga base de fármacos conocidos de venta legal como el Rivotril, Valium o Rohypnol. En medio de la conmoción que todavía impregna a esa ciudad del sur provincial, los toxicólogos advierten que en su práctica cotidiana enfrentan con mayor frecuencia esta clase de casos, con pacientes cuya edad cada vez es más temprana. "Pareciera que se lanzan a jugar a la ruleta rusa, pero es más inquietante porque ignoran lo que consumen, ignoran sus efectos, y creen que no les pasará nada", se preocupó la médica Silvia Martínez, del Servicio de Toxicología del Hospital Provincial.
De la investigación que abrió el fiscal penal de Venado Tuerto Mauro Blanco ha trascendido que la adolescente bebió un cóctel de los denominados como jarra loca, en una suerte de juego al que llaman "Yo nunca". Consiste en que alguien afirma que nunca dijo o hizo determinada cosa, y quienes sí lo hayan hecho deben beber un trago, a modo de prenda.
Lourdes participaba el sábado de madrugada de una reunión de amigos en una casa del barrio Mateo Fernández, donde había una veintena de jóvenes. De allí la policía secuestraría bebidas blancas. Según lo que tiene el fiscal, era una de las fiestas llamadas "previas" y en la vivienda estaban los adultos dueños de casa. Un familiar la fue a buscar a las 3.30, ya descompuesta, y en el hospital Gutiérrez entró en coma, y tuvo dos paros cardiorrespiratorios "producto de un cuadro de depresión, porque los psicofármacos alteran el sistema nervioso y se potencian con la ingesta de alcohol", según el médico forense Gustavo Mancini. Murió a las 20 del sábado. "Tenemos chequeada la presencia de ciertas drogas en orina, falta chequear la cantidad", indicó el profesional antes de remitir el cuerpo a la morgue judicial de Santa Fe.
Blanco, en tanto, quiere averiguar si la víctima ingirió lo que la llevó a la muerte a sabiendas de lo que bebía, o no. "Sabemos que los psicofármacos incluso se pueden hacer polvo e introducir en una bebida, por lo cual sigue siendo muy difícil detectarlo sin los testimonios de todos los presentes", dijo el fiscal en rueda de prensa con medios porteños, puesto que el caso acaparó la atención mediática nacional. Por ahora, el caso está tipificado como "muerte dudosa".
La médica toxicóloga Silvia Martínez, consultada por Rosario/12, distinguió que "últimamente, desde hace algunos años, es cada vez más frecuente encontrarnos con casos de intoxicación por ingestión de sustancias diversas como las que se suelen llamar jarra loca, en las previas o en las previas de las previas, y otras que parecen circular en fiestas electrónicas, incluso con mezclas desconocidas".
"Vemos que ingieren alcohol en cantidades impresionantes, y que además lo asocian con drogas como la benzodiazepina, que es de venta legal pero que no se debería conseguir de otra forma que con receta. Pero está al alcance porque suelen ser las pastillas del abuelo, y mezclan... para la hipertensión o para la diabetes, por caso", reveló.
Martínez enfocó su preocupación en las actitudes de consumo que demuestran los jóvenes. "Cada vez son más chicos, y parece que jugaran a la ruleta rusa. Hay que ver en lo social por qué llegan a tomar estas cosas; mientras tanto, la droga que más consumen es el alcohol porque está mal controlado y porque no está penalizado", señaló.