El drama sobre las expertas en matemáticas de la NASA Talentos ocultos (Hidden Figures), que se estrena este jueves en Argentina, se alzó en la noche del domingo con el Premio del Sindicato de Actores de Hollywood (SAG) al mejor elenco, el más importante de una velada muy politizada. Al recoger el galardón, la actriz Taraji P. Henson manifestó que la película llega en el momento justo. “Lo bueno de 2017 es que la mayoría de la gente está en el lado correcto de la historia. No en el miedo. El miedo y la fe no pueden coexistir. Que cada cual elija su batalla. Yo elijo la fe”, dijo en referencia a los tiempos que se avecinan con el nuevo presidente estadounidense, Donald Trump. 

“Tenemos que alzar la voz”, dijo por su parte Emma Stone, galardonada con el SAG a la mejor actriz por su papel en el musical La La Land” “Estar callados sólo ayuda al opresor, no a la víctima. Espero que la gente que ve cómo lo que se está haciendo es anticonstitucional e inhumano diga algo. Que la gente luche por lo correcto y lo verdaderamente humano”, subrayó.

También Denzel Washington, que dio la sorpresa al alzarse con el premio al mejor actor por el drama afroamericano Fences, reivindicó la necesidad de estar unidos y exigir a los representantes elegidos en las urnas que rindan cuentas ante la sociedad. Fences fue el único film que hizo doblete al lograr además el SAG para Viola Davis, también afroamericana, como mejor actriz de reparto.

En el lado masculino, el galardón fue para Mahershala Ali (por Luz de luna, que también tiene estreno local este jueves) quien pronunció uno de los discursos más emotivos de la noche. “Esto no es nuevo, estas cosas existieron antes”, dijo recordando que proviene de una familia afroamericana muy activa en los movimientos civiles. “Me duele y me identifico con esa lucha, que afecta especialmente a los musulmanes”, señaló.

A su vez, la escasa presencia de nominados latinos en los Oscar de este año reabrió en los últimos días el debate sobre la falta de representación hispana delante y detrás de las cámaras. La Academia de Hollywood anunció el pasado martes a los candidatos para los Oscar entre los que solo figuró, como latino nacido en Estados Unidos, el músico de origen puertorriqueño Lino Manuel Miranda, que optará a la estatuilla a mejor canción por “How Far I’ll Go”, de la película animada Moana. 

En cuanto a los aspirantes iberoamericanos figuraron el mexicano Rodrigo Prieto, nominado a la mejor fotografía por Silence, y el español Juanjo Giménez, candidato al mejor cortometraje por Timecode. La presencia de Viggo Mortensen, intérprete estadounidense con fuertes lazos con Latinoamérica que competirá por el Oscar al mejor actor por Captain Fantastic, añadirá algo de sabor hispano a una gala en la que no habrá películas latinas nominadas al mejor film de habla no inglesa.

Las candidaturas de los Oscar sirvieron para que Hollywood se reconciliara con el talento afroamericano, tras dos años sin nominados de esa minoría como intérpretes, pero algunas voces sugirieron que la discusión sobre la diversidad debería ampliarse a los profesionales de origen latino y asiático. Un reciente estudio de la Universidad del Sur de California (USC) concluyó que el 73,7 por ciento de los personajes con diálogo o nombre de las películas de 2015 fueron blancos frente al 26,3 del resto de razas o etnias, entre los que destacaron el 12,2 por ciento de negros, el 5,3 de latinos y el 3,9 de asiáticos. 

Un día antes de que se desvelaran las candidaturas y previendo el resultado, el fundador de la agencia de publicidad Arenas Entertainment y miembro de la Academia, Santiago Pozo, publicó un artículo en el medio especializado Deadline bajo el título “Los Oscar son blancos y negros, pero no latinos”. Pozo subrayó que la industria del cine ha sido, históricamente, un negocio de inmigrantes, por lo que abogó por abrir las puertas “al verdadero multiculturalismo”. 

“No puedo evitar preguntarme dónde están los hispanos en Hollywood que, después de todo, suponen el 17 por ciento de la población estadounidense y son incluso un porcentaje más alto del de la población que asiste frecuentemente al cine”, escribió. “Esta falta de verdadero multiculturalismo ¿es culpa de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (que organiza los Globos de Oro) o de la Academia? No, no lo es. Esas instituciones reflejan lo que nuestra industria hace, y la verdad es que las oportunidades para los hispanos, tanto delante como detrás de las cámaras, son escasas y poco frecuentes”, añadió. 

Por su parte, el periodista Dennis Romero publicó una columna en el diario Los Angeles Times titulada “Los Oscar son menos blancos, ¿pero dónde están los latinos? La carencia de narraciones latinas y la omisión del talento latino es especialmente notable si se considera que alrededor de tres cuartas partes de la población en el condado de Los Angeles pertenecen a minorías y alrededor de la mitad son latinos”, escribió. El periodista destacó además que muchos papeles de latinos se entregan a actores no hispanos, como sucedió con el rol protagónico de Tony Méndez en Argo que interpretó Ben Affleck. 

“Este año trae una preocupación adicional: que una industria que durante mucho tiempo retrató a los latinos como bandidos, gángsters y camareros sirva para avivar el racismo y el odio generados por unas elecciones (presidenciales en EE.UU.) en las que el candidato ganador (Donald Trump) intentó tachar a los inmigrantes mexicanos como criminales y violadores”, afirmó Romero.

Por el contrario, el escritor y cineasta mexicano Guillermo Arriaga sostiene que Hollywood “no es una comunidad intolerante”, pese a la polémica de las pasadas ediciones por la ausencia de nominados afroamericanos, sino una “meritocracia” que se rige por la calidad de los filmes. “Así pongas a los miembros de la Academia todos los colores y razas, son las películas las que mandan”, dijo a dpa tras ser preguntado por los cambios introducidos en el gremio y el peso que en esta 89 edición tienen las películas de temática racial.  

“Creo que tiene que ver más con el runrún y las campañas y el boca a boca que por una intención abiertamente política. Te lo digo porque soy miembro y sé cómo votamos”, añade señalando que ahora todo el mundo habla de Luz de luna. “Eso no significa que yo vaya a votarla porque es políticamente correcto.” Arriaga, que en 2007 estuvo nominado a los Oscar por el guión de Babel, recordó que Hollywood ha premiado “sin ningún prurito” tres años seguidos a cineastas mexicanos, en referencia a Guillermo Cuarón (Gravity) y Alejandro González Iñárritu (Birdman, The Revenant). Y concluye: “Yo he trabajado ahí, soy mexicano, nunca me han cuestionado, me han tratado con mucho respeto, me han abierto las puertas, me han pagado bien y me han permitido mantener a mi familia.

No he vivido un solo episodio de racismo. Al contrario: he vivido generosidad, solidaridad y respeto artístico”.

AFP
Mahershala Ali, premiado por Luz de luna, cargó contra Trump.