El Parlamento británico votó una enmienda que obliga a Theresa May a renegociar con la Unión Europea la cuestión irlandesa del Brexit. En un giro de último momento respecto de su intransigencia a tocar el acuerdo negociado con el bloque, la primera ministra concedió su apoyo a la reforma que propuso el jefe del llamado Comité 1922, Graham Brady y que consiste en eliminar del pacto la salvaguarda irlandesa.
A 15 días del rechazo al Plan B del Brexit, el Parlamento discutió ayer siete enmiendas de las cuáles sólo dos fueron aprobadas. Una fue la impulsada por Brady, aprobada con 317 votos a favor y 301 en contra, y consiste en eliminar el llamado backstop. Durante el debate la líder conservadora insistió en que la aprobación de la enmienda propuesta por Brady daría un mensaje a Bruselas de la necesidad de renegociar el documento que la UE se niega a tocar.
El denominado “backstop” es un dispositivo destinado a evitar una nueva frontera en la isla de Irlanda para preservar el acuerdo de paz del Viernes Santo de 1998. “No estoy hablando de otro intercambio de cartas, sino de un cambio significativo y legalmente vinculante del Acuerdo de Retirada”, aseguró May.
“Negociar tal cambio no será fácil, implicará reabrir el Acuerdo de Retirada, un movimiento por el que sé que nuestros socios europeos tienen un apetito limitado, pero creo que con un mandato de esta cámara puedo lograr tal cambio antes de nuestra salida de la UE”, explicó la premier en relación a la salida prevista para el 29 de marzo.
La tarea parece sin embargo lejos de estar ganada: sólo un día antes, la número dos de los negociadores europeos, Sabine Weyand, había afirmado en Bruselas que la discusión sobre el Brexit ahora está en Londres: “No hay negociación entre la UE y Reino Unido. Esta negociación ha terminado. No vamos a reabrir el acuerdo de retirada. Eso ha sido dicho una y otra vez por los líderes”, sentenció.
La segunda enmienda que recibió luz verde fue la que presentó la diputada Caroline Spelman y propone un rechazo a abandonar la Unión Europea sin acuerdo. El texto fue aprobado con 318 votos a favor y 310 en contra. Si bien esta enmienda no es vinculante agrega presión sobre el gobierno que preside la conservadora May para evitar una ruptura abrupta si no logra ratificar un tratado de salida con Bruselas. En respuesta, May insistió que no puede descartar la posibilidad de una ruptura abrupta y que la única opción para evitar ese escenario es lograr un acuerdo que obtenga el respaldo de una mayoría en la Cámara de los Comunes. “Por ese motivo quiero volver a Bruselas con el mandato más claro posible y lograr un pacto que este Parlamento pueda respaldar”, dijo ayer durante el debate.
El 15 de enero los diputados rechazaron por una amplia diferencia de 230 votos, el acuerdo sobre el Brexit que May selló con la UE en noviembre. Los conservadores euroescépticos y sus socios del norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP) votaron en contra del texto, al entender que la cláusula de salvaguarda para evitar una frontera entre las dos Irlandas puede dejar al Reino Unido integrado en la UE durante años.
Entre las enmiendas rechazadas estuvo la presentada por el Partido Laborista y contemplaba que el Parlamento votara sobre todas las posibles opciones del Brexit a fin de evitar una salida de la Unión Europea (UE) sin acuerdo. Entre ellas estaba el plan laborista de una unión aduanera con los Veintisiete y un posible segundo plebiscito. Así también quedó fuera de juego la propuesta del Partido Nacionalista Escocés que pedía una prórroga de la salida de la UE. La enmienda presentada por el ex fiscal general, Dominic Grieve, tercera en votarse y una de las más importantes, proponía dar el control del Brexit al Parlamento. Por otra parte, la reforma propuesta por la laborista Yvette Cooper, también rechazada, planteaba extender por un plazo de hasta nueve meses la fecha de salida de la UE, fijada oficialmente para el 29 de marzo. En la misma línea, la propuesta presentada por la laborista Rachel Reeves también buscaba prorrogar la fecha del Brexit.
Con todo, la primera ministra prometió al Parlamento que volvería a presentar el acuerdo para su ratificación, lo antes posible, pero una vez renegociado con Bruselas. En caso de no lograrlo antes del 13 de febrero, anunció que convocaría a un debate un día después para decir los pasos a seguir. “¿Está la primera ministra pidiéndole seriamente a la cámara que espere hasta el 13 de febrero y ponga su fe en que logrará negociar en un par de semanas lo que no ha hecho en los últimos cuatro años?”, lanzó el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn.