El veto migratorio que impuso Donald Trump en Estados Unidos a refugiados y ciudadanos de países de mayoría musulmana no sólo desató la ira de miles de personas y varios países, sino que también despertó mensajes de solidaridad de grandes empresas como Twitter, Starbucks y Airbnb, Ford y otras. Los máximos directivos de importantes compañías de Estados Unidos unieron su voz a las críticas que han generaron las últimas medidas migratorias del presidente estadounidense, que además causaron fuertes caídas bursátiles.
“Para que seamos exitosos, nuestros hombres y mujeres deben reflejar la diversidad de las comunidades y de las culturas en las que operamos”, afirmó el CEO de Goldman Sachs al citar uno de los principios que ha venido defendiendo tradicionalmente su firma.Una posición parecida reflejó ayer el grupo Ford, la mayor firma del sector automotor en Estados Unidos, que destacó la “rica diversidad” que viene defendiendo esa firma dentro y fuera del país y “el respeto para todas las personas”. “Por esa razón no apoyamos esta decisión o cualquier otra que esté en contra de los valores que mantiene la compañía”, sostiene un mensaje dado a conocer por el director general de Ford, Mark Fields, y el presidente ejecutivo, Bill Ford.
Una de las ofertas más importantes la hizo la famosa cadena de cafeterías, Starbucks, al anunciar que contratará a 10.000 refugiados que sean afectados por el decreto de Trump a nivel mundial en los próximos cinco años. El CEO de la cadena, Howard Schultz, explicó que decidió tomar esa decisión porque “la incertidumbre en torno a las acciones del nuevo gobierno crece cada día que pasa”, según un comunicado citado por el diario El Confidencial.
Pero los problemas para Starbucks habían comenzado antes del decreto migratorio de Trump. Desde que el magnate llegó a la Casa Blanca un grupo de tuiteros mexicanos comenzó a viralizar una campaña contra la empresa, como símbolo de la cultura estadounidense, y sus acciones llegaron a caer hasta un 4 por ciento.
Otras empresas también reaccionaron, pese a que no habían sufrido ningún revés por el cambio de aire político en Washington. Airbnb, una plataforma para reservar viviendas privadas, anunció que ofrecerá casas gratis para todos aquellos que se hayan visto afectados por el decreto migratorio de Trump. “Ofrecemos viviendas sin costo para refugiados y para cualquier persona que esté vetada en Estados Unidos”, anunció su CEO, Brian Chesky, en su cuenta de Twitter. “No es justo y debemos mantenernos junto a las personas afectadas”, explicó en otro mensaje.
En tanto, una empresa que compite directamente con el famoso servicio de autos privados Uber, declaró que donará un millón de dólares a la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), una de las ONGs más importantes del país para apoyar la demanda que presentó contra el gobierno por la prohibición de ingreso al país de refugiados y ciudadanos musulmanes. “Nunca nos callaremos ante las amenazas contra nuestra comunidad”, aseguró la empresa en un comunicado.
En total, ACLU recaudó más de 24 millones en donaciones desde que Trump firmó el decreto migratorio el viernes pasado y los abogados de la ONG comenzaron a trabajar, desde los propios aeropuertos estadounidenses, para liberar a los pasajeros extranjeros detenidos por la nueva norma.
La decisión de Lyft buscó contraponer la posición tibia del CEO de Uber, Travis Kalanick, quien rechazó en un comunicado la medida de Trump, luego que cientos de usuarios borraran la aplicación en repudio por la decisión de la empresa de no plegarse al paro convocado ayer por el sindicatos de taxistas en Nueva York.
Otra de las compañías que decidió actuar contra Trump es Viber. La empresa de mensajería instantánea, propiedad de la japonesa Rakuten, anunció que ofrecerá llamadas gratuitas desde Estados Unidos a cualquiera de los siete países cuyos ciudadanos tienen vetada la entrada. “Está mal, como seres humanos, discriminar uniformemente basándose en religión o nacionalidad”, aseguró Hiroshi Mikitani, director general de la multinacional japonesa.
Además, una larga serie de empresas estadounidenses criticaron abiertamente las políticas migratorias de Trump. El CEO de Netflix, Reed Hastings, fue uno de los más radicales. “Las acciones de Trump están perjudicando directamente a los empleados de Netflix en todo el mundo y son tan anti-estadounidense que nos duelen. Estas acciones harán que Estados Unidos sea menos seguro (por culpa del odio y la pérdida de aliados). Es el momento de unir nuestros esfuerzos para proteger los valores estadounidenses de libertad y oportunidad”, declaró en un comunicado.
Por su parte, el presidente de Twitter, Jack Dorsey, también mostró su malestar y consideró que el “impacto humanitario y económico es real y molesto”. “Twitter está construido por inmigrantes de todas las religiones. Estamos con y para ellos, para siempre”, sentenció en su red social.
Apple no existiría sin la inmigración”, aseguró Tim Cook, máximo responsable de Apple, la firma con la mayor capitalización bursátil de Estados Unidos que hace pocas semanas se reunió en Nueva York con Trump. En términos parecidos se expresó el director general de la firma Google, Sundar Pichai, quien recordó que “durante generaciones este país ha sido el hogar de inmigrantes” como uno de sus empleados afectados por la medida.