La vivienda de la familia de una empleada del Ministerio Público de la Acusación recibió ocho impactos de bala ayer a la madrugada, en barrio Martin. El ataque es el primero de 2019 y se enmarca en la seguidilla de agresiones contra miembros del Poder Judicial que empezó en mayo del año pasado. En uno de los últimos episodios de 2018, también fue blanco el Concejo Municipal, a la vuelta de donde ayer dos personas en una moto descerrajaron los tiros que impactaron contra la puerta y una ventana de la casa de Rioja 562. Desde el MPA indicaron que la contadora "ha investigado hechos de balaceras", entre otras causas complejas. En tanto, fuentes del Ministerio de Seguridad provincial señalaron que fue secuestrada una moto en Juan Manuel de Rosas al 1100, que tenía pedido de captura desde noviembre pasado. 

La hipótesis principal apunta a una nueva

intimidación en el marco de causas que

involucran a bandas delictivas locales.

La cuadra de Rioja al 500 estaba silenciosa ayer a media mañana. Los vecinos de la zona pasaban cautelosos por la vereda que custodiaba un patrullero con las luces encendidas y observaban con asombro las marcas en el piso, donde un circulo de tiza daba cuenta de los puntos donde se encontraron vainas servidas. Cuatro impactos en la puerta y otros tres en la ventana mostraban el poder de fuego de los autores. Una mujer que dijo vivir en el edificio de la esquina aseguró que escuchó el estruendo de los tiros. "Habrá sido a la una o dos de la mañana, se escucharon todos seguidos. Cinco o seis disparos", dijo, todavía sorprendida. "No suelen pasar estas cosas acá", aseveró; y recordó también el episodio del Palacio Vasallo, en diciembre pasado.

Si bien la saga parecía haberse frenado en enero, un día antes de que termine la feria judicial, un nuevo mensaje sacudió al Poder Judicial. Esta vez, las balas fueron a la vivienda de la familia de una empleada judicial.

En el lugar, personal de la Policía de Investigaciones juntó ocho vainas servidas en la galería de ingreso a la casa y hasta en la calle.

Desde el MPA fueron cautelosos con la información acerca de la investigación que inició la fiscal Cecilia Brindisi, con las medidas de rigor. "Ocurrió a las 2 de la madrugada. Según los primeros indicios, dos personas no identificadas, a bordo de una motocicleta dispararon con armas de fuego sobre el frente de la vivienda en al menos 8 oportunidades. En el domicilio vive familiares de un integrante del MPA de quien se reserva la identidad". Más tarde se pudo saber que se trata de una contadora que fue parte de la investigación de las balaceras en las que ya hay 13 personas imputadas, entre ellos, el sindicado jefe de la banda de Los Monos, Ariel "GUille" Cantero, de quien partió la orden para los primeros ataques del año pasado.

La intendenta Mónica Fein se refirió al nuevo hecho: "Las primeras balaceras se pudieron esclarecer y ahora vuelven a aparecer para intentar nuevamente amedrentar. Hay que acompañar el proceso del MPA, de la Justicia y pedir un rápido esclarecimiento de quiénes son estas personas que quieren poner a la ciudad en esta situación y generar más violencia. Quieren hacernos sentir a todos que tienen capacidad para amedrentar a la Justicia. Nos nos van a amedrentar y si tenemos que ir nosotros a denuncias, vamos a ir".

En tanto, la fiscal Brindisi comisionó al gabinete criminalístico de la Policía de Investigaciones (PDI) para el levantamiento de rastros, tomas fotograficas, relevamiento de cámaras de la zona y toma de testimonios en la zona.

Más tarde, desde el Ministerio de Seguridad indicaron que momentos después del hecho, fue secuestrada una moto en Juan Manuel de Rosas al 1100, es decir, a pocas cuadras del lugar del hecho. El rodado tenía pedido de captura del 23 de noviembre pasado, por un hecho de robo.

Si bien en el caso no hay una hipótesis certera, el dato principal apunta a un nuevo suceso de intimidación en el marco de causas que involucran a bandas delictivas de Rosario, contra investigaciones del MPA. Incluso, en algunos de los hechos se dejaron mensajes escritos en cartón, donde se repetía una frase: "Con la mafia no se jode".

Seguidilla. El 29 de mayo pasado fueron atacadas, casi en simultáneo, dos casas que pertenecieron al juez Ismael Manfrín, quien integró el tribunal que condenó a la banda de Los Monos por asociación ilícita y homicidios, en abril de 2018. Fueron en Italia al 2100 y en Montevideo al 1000. En tanto, el 19 de junio, en Buenos Aires y pasaje Ivanowski, una ráfaga de disparos tuvo como blanco la casa de la exesposa del juez Juan Carlos Vienna, quien instruyó la causa contra la banda narcocriminal. Un día después, en Laprida al 3600, fue atacada la casa del padre de Vienna. A los diez días, dos episodios, en Braille al 1400 y Gálvez al 5900, involucraron a dos policías que investigaron al clan. El 26 de junio, dos nuevos ataques se registraron en Zeballos 2575 y Dorrego 1635 contra dos inmuebles que pertenecieron a la familia de la jueza Marisol Usandizaga, también miembro del tribunal del juicio a Los Monos. El 4 de agosto, en Mitre y Rueda y Avenida de la Libertad al 300, balearon el frente del Centro de Justicia Penal y el frente de un edificio donde vivió Usandizaga. Una semana más tarde, en Buenos Aires al 1700, tiraron contra otra casa de la familia Usandizaga. El 13 de agosto, en San Luis al 1400, el ataque fue para la jueza Gabriela Sansó, quien presidió el tribunal de Cámara que confirmó las penas. Al día siguiente, fue blanco la sede del MPA, en Montevideo al 1900, donde se repitió el episodio, en diciembre. También en ese mes fueron baleados los frentes de los dos principales edificios del Poder Judicial: los Tribunales de Balcarce y Pellegrini, y el Centro de Justicia Penal.