El descalabro fiscal obligó al Gobierno a financiarse con la Anses por 17.000 millones de pesos. El ministro de Finanzas, Luis Caputo, emitió ayer una letra intransferible que derivó al organismo de la seguridad social para que el Palacio de Hacienda pueda cubrir el bache de las cuentas públicas en los primeros meses del 2017. En lo que va del año, el equipo económico de Mauricio Macri ya colocó nuevos bonos en el extranjero y con inversores internos por alrededor de 20 mil millones de dólares, cifra equivalente a la mitad de las reservas. Este año, según estimaciones de consultores y bancos, se deberán financiar 8 puntos del PIB de déficit gemelo: unos 5 puntos por el déficit fiscal y otros 3 por el desequilibrio de la cuenta corriente. Implica que el Gobierno deberá endeudarse en los próximos meses por al menos otros 30 mil millones de dólares.
La papel de deuda que le colocó Caputo a la Anses tiene fecha de vencimiento el 30 de enero de 2018 y pagará una tasa de interés variable. En el Boletín Oficial, el Gobierno informó que se aplicará la tasa promedio de los pases pasivos del Banco Central más 5 puntos básicos. El título, según especifica la resolución, pagará intereses el 2 de mayo, el 31 de julio, el 30 de octubre y el día de vencimiento del capital. El instrumento financiero es intransferible y no cotizará en los mercados ni locales ni internacionales.
Los funcionarios del macrismo en los últimos años se habían mostrado muy críticos de financiar los gastos del sector público con recursos de la Anses. Incluso, el ex ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, afirmó en octubre de 2016 que el Gobierno había cambiado el paradigma del financiamiento en el país. “Pensar que no hace mucho a Argentina sólo le prestaban Chávez a tasas usurarias o la Anses con tasas ruinosas para nuestros jubilados”, indicaba. Pero durante su gestión y ahora con Caputo como ministro, el fisco se financió con recursos de la Anses. A pocos días de empezar el año avanzó sobre los recursos del organismo de la seguridad social. No se dieron detalles sobre el uso que se le dará a los 17.000 millones de pesos de la Anses, por lo que es probable que se manejarán de forma discrecional para cubrir gastos corrientes en un año electoral.
El último informe trimestral de la evolución de la cartera de activos de la Anses indica que en 2016 se mantuvo el financiamiento del organismo al Tesoro, al tiempo que hubo un retroceso de los recursos destinados a proyectos productivos. En diciembre de 2015, la tenencia de la Anses de títulos públicos del Gobierno era equivalente al 62,6 por ciento de la cartera, cifra que se ubicó en 62,9 por ciento en septiembre de 2016. Los recursos productivos o de infraestructura representaron el 12,9 por ciento de los activos del organismo en diciembre de 2015 y bajaron a 11,1 por ciento en septiembre pasado. El año pasado hubo una decisión de congelar el gasto en obras de infraestructura tanto del Tesoro como de organismos de la esfera pública, decisión que tuvo un serio impacto en el desempeño de la construcción, actividad que cayó al 9 por ciento.
En el Palacio de Hacienda no sólo recurrieron a los fondos de la seguridad social para intentar cubrir los desequilibrios de las cuentas públicas. El Banco Nación y el Fondo Fiduciario del Sistema de Infraestructura de Transporte fueron otras fuentes de recursos para sostener el descalabro fiscal en los últimos meses. La salida repentina del ex presidente del Banco Nación, Carlos Melconian, se vinculó a la negativa del funcionario de seguir transfiriendo fondos a la caja del Tesoro. Resulta una paradoja que los mismos economistas que durante años se quejaron de la falta de equilibrio sobre las cuentas pública, al asegurar que era el principal elemento que ahuyentaba inversiones y generaba tensiones de precios festeje un déficit fiscal de 4,6 por ciento del PIB en 2016, que sólo pudo conseguirse por los ingresos extraordinarios del blanqueo. La mayoría de analistas de la city ubican el desequilibrio fiscal arriba de 5 por ciento para 2017.