Desde Caracas

La votación que determinó que el Parlamento Europeo reconociera la autodesignación presidencial de Juan Guaidó no sorprendió al gobierno del presidente constitucional Nicolás Maduro. Si bien no hubo una comunicación oficial sobre esta noticia, en los ámbitos gubernamentales esperaban una decisión de este tipo a partir de la posición asumida por presidentes europeos como el español Pedro Sánchez y el francés Emmanuel Macron, alineados con la estrategia de los Estados Unidos. Sin embargo, en la Unión Europea (UE) la posición contra Maduro no es unánime y lo demostró el subsecretario de Relaciones Exteriores de Italia, Manlio Di Stefano quien afirmó que “Italia no reconoce a (Juan) Guaidó” porque su gobierno no quiere que “se repita el error que se cometió con Libia” . Una definición que para el gobierno bolivariano permite vislumbrar la posibilidad que avance el proceso iniciado por México y Uruguay y que busca una salida negociada a la crisis que provocó la oposición en Venezuela.

Fueron 439 votos a favor contra 104 negativos y 89 abstenciones los que impusieron en el Parlamento Europeo la decisión de reconocer a “Guaidó como presidente interino legítimo de la República Bolivariana de Venezuela, de conformidad con la Constitución venezolana”. Así reza la declaración realizada por los eurodiputados que fue impulsada, entre otros, por los representantes españoles del Partido Popular. Ese anuncio entraba en los cálculos de probabilidades del gobierno de Maduro y como tal no hizo declaraciones sobre el tema porque entiende que la Eurocámara no necesariamente representa la posición de los gobiernos que integran la UE. Por caso, la decisión de Italia da cuenta de esas diferencias que fueron expresadas por Di Stefano, quien indicó que Italia no reconoció a Guaidó porque “nos oponemos totalmente al hecho de que un país o un grupo de terceros países pueden determinar las políticas internas de otro país. Se llama el principio de no interferencia y es reconocido por las Naciones Unidas”. 

Pero sobre todo, el funcionario de la cancillería italiana indicó que la intención es “evitar una nueva guerra en Venezuela, el mismo error que se ha cometido en Libia y que hoy todos reconocen”. Una frase que afianza la tesis que sostienen los habitantes del Palacio de Miraflores, sede del gobierno venezolano, que dice que “la hoja de ruta” del presidente Donald Trump es prácticamente un calco de lo que ocurrió en aquel país africano que supo conducir Muamar Khaddafi.

Por supuesto, la decisión del Parlamento Europeo provocó algarabía en Guaidó quien, como acostumbra, agradeció a través de Twitter la votación que definió como una prueba de que el supuesto camino a la democracia continúa en marcha.

Ayer, Guaidó anunció su programa económico que, en líneas generales, se parece mucho al modelo que aplica Mauricio Macri en la Argentina. Por caso dijo que dará apertura a la inversión privada en las empresas públicas y solicitará la financiación de entidades internacionales que bien pueden ser el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Luego aseguró que su plan tiene la intención de “empoderar a los ciudadanos a fin de liberar sus fuerzas creativas y productivas” y, como repite el gobierno de Cambiemos,  reinsertar el país en “el concierto de naciones libres”. En ese mismo sentido, indicó que terminará con los controles estatales y aplicará un programa de austeridad pero prometió no abandonar los diferentes planes sociales que tiene el gobierno de Maduro, aunque indicó que los cambiará y que se entregarán de manera directa para evitar el sistema clientelar.

Sicarios

Guaidó aprovechó el anuncio para afirmar que estaba siendo perseguido y controlado por miembros de la Fuerzas Especiales de la Policía Nacional Bolivariana (Faes). Incluso dijo que esos efectivos habían estado en su casa. Sin embargo, la afirmación de Guaidó sonó a relato fantástico porque las cámaras de los canales que lo siguen a sol y a sombra no mostraron elementos del FAES en su domicilio ni cuando se trasladaba hacia la Universidad Central de Venezuela, lugar elegido para anunciar su plan económico.

Los que sí se confirmó fue la detención de ex militares venezolanos que se encontraban prófugos. Según el Ministro de Interior y Justicia, Néstor Reverol, se desmanteló lo que denominó como una “banda terrorista” que había ingresado a Venezuela desde Colombia y que tenía como objetivo a “ejecutar acciones desestabilizadoras” en el marco de lo que se denomina “guerra no convencional”. Entre los detenidos se encuentra el coronel retirado Oswaldo García Palomo, que tenía pedido de captura por el delito de magnicidio frustrado contra el presidente Maduro. García Palomo fue detenido junto al coronel retirado José Acevedo Montañés y al civil Antonio José Iabichela Barrios. Según Reverol, los tres formaron parte de lo que se conoce como la “Operación Constitución”, que tenía como objetivo “asesinatos selectivos” para acelerar el golpe de Estado. Reverol indicó que estos detenidos responden a las órdenes del dirigente político Julio Borges, que se encuentra en el exilio tras ser acusado de formar parte del intento de asesinato de Maduro. En ese sentido, el ministro de Interior señaló que los detenidos y Borges trabajan para la CIA norteamericana. A principios de esta semana, había trascendido la detección de sicarios que ingresaron a Venezuela. En ese momento las fuentes gubernamentales no habían dado más detalles hasta el anuncio de Reverol.