Estados Unidos anunció su retiro del histórico tratado INF con Rusia sobre armas nucleares, un hito de la Guerra Fría. Según informó el jefe de estado, Donald Trump, Rusia habría violado el tratado. Moscú, por su parte, denunció que la decisión va en contra de las obligaciones legales e internacionales de Washington. La Unión Europea, en tanto, advirtió que la retirada podría iniciar una nueva carrera armamentística entre las dos grandes potencias nucleares.
“Estados Unidos suspenderá sus obligaciones bajo el tratado Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF) el 2 de febrero debido a las presuntas violaciones del tratado por parte de Rusia”, informó ayer el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, en una conferencia de prensa en Washington. El anuncio da comienzo a un proceso de 180 días en los que la potencia del norte se retirará de forma definitiva del tratado.
Sin embargo, Trump dejó la puerta abierta a mantener a su país en el tratado si Rusia vuelve a cumplir con lo pactado en el acuerdo. Según Trump, esto implicaría la destrucción de todos los misiles, lanzaderas y equipos asociados que violan lo suscrito en el texto de 1987. “Durante demasiado tiempo, Rusia ha violado con impunidad el INF, desarrollando y desplegando de forma encubierta un sistema de misiles prohibido que supone una amenaza directa a nuestros aliados y tropas en el extranjero”, denunció Trump en un comunicado. Además, el mandatario aseguró que los aliados estadounidenses en la OTAN apoyan completamente su decisión porque, aseguró, entienden la amenaza presentada por la violación de Rusia y los riesgos que supone para el control de armas el hecho de ignorar las violaciones del tratado. “No podemos ser el único país en el mundo atado unilateralmente a este tratado, ni a ningún otro”, afirmó Trump, quien desde su llegada a la Casa Blanca en 2017 se retiró de otros tratados internacionales como, por ejemplo, el Acuerdo de París. Ayer, en una reunión con su gobierno, el mandatario estadounidense aseguró que ya comenzó a desarrollar opciones de respuesta militar y que trabajará junto a la OTAN para adaptarse a la nueva situación generada luego de dejar el tratado. “Desarrollaremos nuestras propias opciones de respuesta militar y trabajaremos con la OTAN y nuestros aliados y socios para negar a Rusia cualquier ventaja militar derivada de su conducta ilegal”, advirtió el mandatario.
Mientras tanto el jefe de la diplomacia señaló en tono de queja que su país trató el tema de las presuntas violaciones con Rusia más de 30 veces. “La violación de Rusia puso a millones de europeos y estadounidenses en un gran peligro y busca poner a Estados Unidos en desventaja militar y socava las posibilidades de que nuestra relación bilateral se mueva en una mejor dirección”, añadió. Desde que Trump amenazó en octubre pasado con suspender el pacto, Estados Unidos mantuvo varias negociaciones con Rusia para tratar de llegar a un acuerdo, pero la última ronda se cerró sin éxito este jueves en Moscú.
Ambas potencias se acusan mutuamente de violar el tratado que prohíbe a los dos países signatarios fabricar, desplegar o realizar pruebas de misiles de corto alcance (500-1000 kilómetros) y de medio alcance (1000-5500 kilómetros). Un acuerdo que fue negociado entre el ex presidente estadounidense Ronald Reagan y el líder soviético Mijail Gorvachov, en un intento de poner fin al peligrosos desarrollo de cabezas nucleares en Europa.
El viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, afirmó que a pesar de las acusaciones de EE.UU, Rusia siempre se mostró dispuesta a continuar el diálogo para salvar el tratado. “Obviamente, el desguace de este tratado conllevaría las consecuencias más negativas para la estabilidad estratégica global”, aseveró el ministro de Asuntos Exteriores. Además alertó que la suspensión del tratado significa que Estados Unidos se libera de cualquier clase de restricción y remató: “En el peor de los escenarios, ahora mismo pueden aparecer en tierra 24 misiles de crucero Tomohawk con cargas nucleares”.
Por su parte, la portavoz de la cancillería rusa, Maria Zajarova, dijo en declaraciones a un canal de televisión local que la culpa no es de Moscú y leyó la decisión de Washington como una medida más de su estrategia de abandonar sus obligaciones internacionales en diferentes áreas.
En Europa también se preocuparon por la disolución del tratado. Así lo expresó el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Heiko Maas, cuando hace pocos días aseveró que el acuerdo fue un pilar importante de la arquitectura de la seguridad europea en los últimos 30 años. “Para nosotros en Europa es de suma importancia”, subrayó Maas al pedir a Washington que considere las posibles consecuencias de su salida del acuerdo.
La OTAN, por su parte, urgió a Rusia a volver a cumplir con el tratado y la hizo responsable de la imposibilidad de ambas potencias en llegar a un acuerdo. “A menos que Rusia cumpla sus obligaciones con el tratado INF a través de una destrucción verificable de todos sus sistemas de misiles 9M729, volviendo a un cumplimiento completo y verificable antes de que la retirada de EEUU sea efectiva dentro de seis meses, Rusia será el único responsable del fin del tratado”, señalaron los embajadores.