El cuadro que presentaba Mariano Cordi, el femicida de su ex pareja Valeria Coppa, era algo más que deshidratación. En la noche del viernes, luego de un examen minucioso, los médicos del Hospital Ramón Carrillo de Bariloche constataron que tenía un proyectil alojado en la cabeza, motivo por el cual tuvo que ser operado de urgencia. En el cerro Carbón, donde fue hallado y detenido el viernes por la mañana, Cordi tenía un arma de fabricación casera, que dispara balas calibre 22, similar a la que había utilizado para asesinar a su ex pareja. La fiscal de la causa, Betiana Cendón, informó que los médicos no habían advertido al principio ninguna herida ni lesión, pero luego tuvieron que operarlo y ahora está internado en la sala de terapia intensiva con asistencia mecánica respiratoria, en grave estado. El hombre de 41 años intentó suicidarse, pero estaba consciente, cuando fue detenido en la montaña, al punto que lo primero que hizo fue pedir que le dieran agua. 

En la noche del viernes, al comprobar que Cordi seguía inmerso en un cuadro de confusión a pesar de haber sido estabilizado el problema de la deshidratación severa que presentaba, los médicos le hicieron una tomografía. Del resultado surgió que tenía un proyectil alojado en la cabeza, aunque la herida producida por el proyectil era prácticamente imposible de visualizar. El director del hospital, Leonardo Gil, confirmó  que a Cordi se le practicó una craneotomía mediante la cual se “le extrajo una porción de cráneo para descomprimir el cerebro que presentaba una importante inflamación y hematoma”. En la intervención se le extrajo una esquirla del proyectil. 

El director del Hospital Carrillo precisó que “se le realizó una toilette quirúrgica y se le colocó un catéter de Pic, con el objetivo de medir la presión craneana”. Todo indica que la bala fue disparada en un intento de suicidio, con el arma de fabricación casera encontrada en la cima del cerro Carbón, junto a varias prendas de vestir que Cordi fue dejando en el camino hacia la cima. El proyectil había ingresado por el parietal derecho y el proyectil, de un tamaño similar al calibre 22, quedó alojado en el cerebro. Sólo se pudo extraer una parte de la bala. 

Cordi estuvo prófugo desde el martes a las cuatro de la tarde, cuando disparó contra su ex pareja en los jardines de la Catedral de San Carlos de Bariloche, hasta las 1030 del viernes, cuando lo encontraron en el cerro Carbón. Salvo cuando pidió agua, el acusado no habló sobre el hecho ni con la fiscal ni con los agentes que lo encontraron. Fuentes judiciales confirmaron que la esquirla que le sacaron a Cordi de la cabeza “sería de un proyectil calibre 22 similar al que terminó con la vida de Valeria Coppa”. Aunque el estado de salud de Cordi es grave, los médicos del Hospital Carrillo consideraron que está en recuperación y podría ser trasladado a una sala de cuidados intermedios. 

La situación en que se encuentra el imputado dejó sin efecto la audiencia, prevista para ayer, en la cual le iban a presentar los cargos y tomarle declaración indagatoria. La fiscalía de Bariloche tiene todavía a Cordi como “sospechoso de cometer el femicidio de Valeria Coppa”, aunque toda la evidencia señala que él fue el culpable de lo ocurrido. El motivo fue que ella había decidido ponerle fin a la relación. 

Un dato anecdótico es que las fuentes policiales dijeron que está casi confirmado que Cordi disparó con “una pistola artesanal”, denominación que suena extraña porque si el asesino fuera un preso común, se hablaría de “pistola tumbera”, un clásico de la jerga policial.