Las estaciones de servicio Shell aumentaron ayer los precios de sus combustibles hasta un 2,9 por ciento. En la Ciudad de Buenos Aires, la nafta súper trepó de 37,77 a 38,52 pesos (1,9 por ciento), la premium de 43,99 a 44,43 pesos (1 por ciento), el gasoil común de 35,72 a 36,79 pesos (2,9 por ciento) y el gasoil premium de 41,98 a 42,82 pesos (2 por ciento), según detalló Raízen Argentina, licenciataria de la marca angloholandesa en el país. Anoche ni YPF ni Axion, las otras dos firmas que integran el podio de las principales comercializadoras de combustibles, había definido si subirían sus precios o los mantendrán como hasta ahora.
Shell, que concentra el 20 por ciento del mercado de combustibles, justificó el ajuste por la suba de 12 por ciento que registró el precio del crudo durante enero, al mismo tiempo que el dólar se mantuvo relativamente estable. La firma no opera de manera integrada en el país. Por lo tanto, depende más que su competencia de las importaciones de crudo. Con el nuevo ajuste la compañía prácticamente recuperó los valores que tenía a fines de noviembre. En diciembre y enero aplicó dos leves bajas en sus precios, forzada por el gobierno, pero ahora dio marcha atrás con ese retroceso. Tanto Shell como Axion se habían resistido a bajar sus precios argumentando que no habían llegado a trasladar todo el impacto provocado por la devaluación y como el mercado está desregulado están en condiciones de decidir su política de precios libremente.
El problema es que el mercado de venta de combustibles está ampliamente dominado por YPF que controla el 55 por ciento de las ventas de naftas y el 62 por ciento de las ventas de gasoil. Esta última firma es controlada por el Estado Nacional. Por lo tanto, al gobierno le es más sencillo imponer su visión puertas adentro de la empresa y una vez que el principal jugador del mercado se amolda a sus deseos, el resto de los jugadores se ve forzado a seguir sus pasos para no perder mercado en un escenario tan desequilibrado como el actual.
Los precios de los combustibles subieron en promedio un 69,88% durante 2018, con un mínimo de 64,21 por ciento para la nafta súper y un máximo de 76,27 por ciento para el diésel, informó hoy la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos (Cecha). La entidad señaló que el gasoil subió 74,29 por ciento y la nafta premium 65,77 por ciento. En términos anuales, Cecha destacó una caída en la demanda general de combustibles durante el año pasado, con 16.299.765 m3 vendidos, contra 16.403.456 m3, lo que implica una contracción del 0,63 por ciento.