Germán Bermúdez, además de árbitro del Ascenso, se gana la vida –es un decir, apenas si saca un empate– como cantante. Se presenta cada semana en un pub de Caballito con su show de tributo a Serrat y lo dejan entrar. No sabemos si le tiran más proyectiles por anular un gol o por cantar “Caminante no hay camino, se hace camino al andar” imitando el acento catalán del Nano. Lo cierto es que el fin de semana pasada, Germán Bermúdez fue noticia porque suspendió un partido entre Talleres de Remedios de Escalada y Deportivo Español a los 12 minutos del primer tiempo. Algunos dicen que lo hizo porque había serios incidentes en las afueras del estadio. Otros –maliciosos– porque llegaba tarde a su propio show, que estaba anunciado para la misma hora en que terminaba el mencionado partido.
Como no sabemos si dar por válida esta especulación, en Peligro de Wolf, tuvimos una breve y rara charla con Bermúdez. Breve, porque el árbitro cantante estaba a punto de subir al escenario. Y rara, porque cada respuesta nos la dio cantando algún fragmento del repertorio de su amado Joan Manuel Serrat.
–Germán, ¿cómo te definirías? ¿árbitro? ¿artista?
– “Soy cantor, soy embustero,
me gusta el juego y el vino,
tengo alma de marinero…”
–¿Qué les dijiste a los jugadores al momento de suspender el partido?
–“Niño, deja ya de joder con la pelota.
Niño, que eso no se dice,
que eso no se hace,
que eso no se toca…”
–¿Qué les dirías a aquellos que sostienen que lo suspendiste sólo para dar rienda suelta a tu vocación de cantante?
–“Cada loco con su tema,
contra gustos no hay disputas…”
–Pero disputas hubo. Entre ambas hinchadas.
–“Golpe a golpe, verso a verso.
Golpe a golpe, verso a verso…”
–Así es, los golpes los dieron los hinchas, el verso corrió por tu parte.
–“Pelea por lo que quieres
y no desesperes
si algo no anda bien.
Hoy puede ser un gran día
¡Y mañana también!”
–No hoy, pero la semana pasada también hubo peleas entre jugadores en el partido entre Central y Huracán y la nota la dio el juez de línea Matías Beares que fue criticado hasta por Castrilli por estar excedido de peso. Todos tenemos un niño adentro pero este juez tenía un jardín de infantes. ¿Qué le dirías a tu colega?
–“Menos tu vientre
todo es confuso,
menos tu vientre
todo es oculto…”
–Por último, Germán, ¿Admitís que el arbitraje no es tu verdadera vocación y te gusta más la guitarra que el silbato?
–“Nunca es triste la verdad,
lo que no tiene es remedio.”