Gerald Cotten murió el 9 de diciembre en la India y se llevó a la tumba un secreto millonario. Era el único que conocía las contraseñas de un fondo de inversión en criptomonedas, Quadriga CX, de la que era el CEO. De esta forma, se bloqueó el acceso a 137 millones de dólares, equivalentes a 119 millones de euros en activos de sus clientes. Por si fuera poco, tampoco se puede acceder a otros 53 millones de dólares, que totalizan una pérdida de 190 millones (o 166 millones de euros).
El caso surgió cuando el Canadian Imperial Bank of Commerce (CIBC) trató de congelar 28 millones de activos en poder de Quadriga CX al no poder identificar a los verdaderos dueños de los fondos. Como Cotten, que murió por la enfermedad de Crohn, era el único con acceso a los fondos, ahora no se sabe cómo recuperar el dinero.
Quadriga CX es la mayor empresa de criptomonedas en Canadá y ahora los clientes reclaman que se pruebe de manera fehaciente el fallecimiento de Cotten, por temor a un fraude gigantesco. El CEO había viajado a la India en calidad de filántropo al momento de morir: fue con la idea de abrir un orfanato.
Cotten tenía 30 años y su esposa fue la encargada de decir que solamente él tenía acceso a los fondos. La Corte Suprema de Nueva Escocia, en Canadá, ya manifestó que no hay manera de superar el bloqueo. La empresa había solicitado una “protección al acreedor” ante el tribunal tras el fallecimiento de Cotten para hacer frente a los inversionistas. Pero el CEO manejaba todo desde su computadora personal y no hay posibilidad de acceder a las cuentas desde allí.
Hace un año, la empresa de Cotten había tenido problemas legales y el CIBC le congeló activos por 26 millones de dólares a raíz de irregularidades en los pagos. Ahora la firma estudia vender su plataforma de operaciones para salir del paso.