Los dos jóvenes que habían sido detenidos, por error, como presuntos autores del robo en el shopping Factory Parque Brown, en Villa Lugano, fueron dejados en libertad y ahora sus familiares impulsarán una causa por los apremios ilegales que sufrieron durante la detención por parte de agentes de la Policía de la Ciudad. “Cuando fueron detenidos a unas cuadras del shopping, sin ningún elemento que los vinculara al hecho, fueron amenazados, insultados, golpeados y sufrieron lesiones”, explicó a PáginaI12 el abogado Hernán Mirasole, del colectivo Nace un Derecho, que representa a los padres de uno de los chicos. Mirasole explicó que “una de las dos mujeres policías que estaban en el shopping y que se tirotearon con los ladrones, cuando llegó a la comisaría 52 y vio a los dos chicos, les dijo a los otros policías que esos dos pibes no eran los que habían robado y eso quedó corroborado después, cuando vieron las imágenes de lo que pasó”. El hecho ocurrió el domingo por la noche y al día siguiente, el padre de uno de los jóvenes, había afirmado antes los medios periodísticos que los dos chicos eran inocentes.
La decisión de dejar en libertad a los detenidos fue tomada por el Juzgado Criminal y Correccional 20 porteño, a cargo de Hugo Decaria. Ahora, la investigación del robo al local de Garbarino, en el shopping, fue enviada a la Fiscalía 44, donde se retomará el análisis de lo captado por las cámaras de seguridad, para tratar de individualizar a los verdaderos autores del robo. El episodio ocurrió el domingo, a las 22,30, cuando la mayoría de los negocios estaban cerrando, con excepción de Garbarino y el Patio de Comidas, donde estaban los dos jóvenes, totalmente ajenos al robo.
El abogado Hernán Mirasole sostuvo que “es evidente la inocencia de los chicos, porque en las imágenes se ve a las dos policías uniformadas persiguiendo a los ladrones, que escapan por la salida hacia la avenida Cruz, mientras que otra cámara tomó claramente a los dos chicos corriendo asustados para salir hacia la avenida Escalada”. También se puede observar que son diferentes las gorras que tienen unos y otros, porque “la de los ladrones son negras y las de los chicos blancas”. Para establecer la inocencia de Nahuel Rodríguez, de 18 años, y Agustín Jali, de 19, “jugó un rol fundamental lo que dijo una de las dos policías a favor de los chicos, porque fue contundente al afirmar que ellos no eran los que se habían tiroteado con ellas dos”.
Los ladrones salieron corriendo por Cruz hacia la avenida General Paz, mientras que los dos chicos salieron por Escalada hacia Roca, para volver a sus casas, a pocas cuadras del shopping. “Otros policías que fueron convocados al lugar por radio, fueron los que los detuvieron en el marco de un operativo cerrojo”. Esos policías ni siquiera tomaron en cuenta que los dos pibes iban corriendo hacia donde está la comisaría 36, algo imposible de entender si se tratara de personas que acaban de cometer un robo y escapan de la policía.
Lo concreto fue que “esos policías los interceptaron, los golpearon, los insultaron y hasta los amenazaron” de muerte. “Cómo me gustaría pegarte un tiro detrás de la oreja”, le dijo uno de los uniformados a uno de los chicos. En el mismo momento de la detención, los policías les toman fotografías a los chicos y las imágenes llegaron a algunos medios periodísticos, que las difundieron como “los rostros de los que robaron el shopping de Lugano”. El abogado Mirasole recordó que “eso fue dicho por los conductores de programas de televisión y uno de los panelistas incluso dijo: ‘mirá la cara de ese salvaje’”, refiriéndose a uno de los jóvenes.
El abogado recalcó que “los tuvieron detenidos más de 14 horas, sin dar intervención a ninguna autoridad judicial y nosotros no tenemos ningún oficio que diga por qué los detuvieron”.
Mirasole puntualizó que van a promover la apertura de una causa por “privación ilegítima de la libertad, amenazas, apremios ilegales y por la falta total de respeto a los procedimientos que se tienen que cumplir”. Ahora “lo que quieren las familias es que se investigue lo sucedido, porque los chicos tienen golpes en el cuerpo, en los brazos, marcas en las muñecas que ni siquiera fueron constatadas por médicos legistas”. Y quieren “que se les restituya el buen nombre y honor, si hasta le alcanzaron una billetera que se le había caído a una mujer que estaba en el Patio de Comidas y que salió corriendo cuando empezaron los disparos”. La causa por apremios está en el juzgado nacional 6, a cargo de María Alejandra Provítola.