El mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, presentó ayer una mejora en su estado de salud y fue autorizado para ingerir líquidos, aunque los médicos no adelantaron informaciones sobre una posible alta médica, inicialmente prevista para hoy, informó el portavoz de la Presidencia.

Después de que fuera sometido anteayer a una punción para la retirada de un acumulo de líquido cerca de su intestino, el presidente “evoluciona sin dolor, sin fiebre y con reducción de la colección líquida en el abdomen”, según explicó el vocero del Gobierno, Otavio do Rego Barros. Pese a la mejora, el boletín médico divulgado ayer por el Hospital Albert Einstein de San Pablo indicó que Bolsonaro permanece bajo tratamiento con antibióticos, así como con una sonda y drenaje en el abdomen, ocho días después de que pasara por una cirugía el pasado lunes, la tercera a que fue sometido después del ataque sufrido en septiembre.

Así, Rego Barros destacó en una rueda de prensa que “el equipo clínico y quirúrgico aún no definió una fecha para su alta” médica, prevista inicialmente para mañana, miércoles. El vocero expresó que “no hay como adelantar una previsión para el alta”, ya que, pasada la fase de administración de los antibióticos, “el conjunto de informaciones” permitirá a los médicos que determinen “cómo y cuándo” se darán las condiciones de salida del mandatario.

Asimismo, no le fue permitido al presidente, líder de la ultraderecha brasileña, dejar la habitación de la unidad de cuidado semiintensivos para la realización de ejercicios físicos, por lo que “las actividades están restringidas a la bicicleta fija”, explicó el portavoz. Pese a que no haya mantenido compromisos oficiales en los últimos días, Rego Barros subrayó que Bolsonaro está “muy satisfecho” con los trabajos llevados a cabo por su equipo de ministros.