En otro sincericidio de Cambiemos, el ex ministro de Energía Juan José Aranguren rechazó de plano la idea de que el servicio energético sea un derecho humano sino que lo consideró un bien escaso que “hay que pagar”. “Ninguna empresa está para hacer beneficencia”, insistió el ex CEO de Shell durante una entrevista televisiva en La Nación + en respuesta a las declaraciones del diputado y pre candidato presidencial Felipe Solá sobre el carácter social e integrador de la comunidad que deben tener los servicios públicos. “Ayer (por el lunes) un candidato a Presidente dijo que la energía es un derecho humano. No estoy de acuerdo. A veces a los argentinos nos gusta la frase ‘Mentime que me gusta’. Hemos vivido con una realidad de que el servicio energético es gratuito”, expresó el ex ministro justificando la quita de subsidios a la energía y consecuentes tarifazos al servicio. Especialistas consultados por este diario cruzaron al ministro por sus dichos y recordaron el fallo Cepis (2016) dictado por la Corte Suprema sobre el derecho de todo ciudadano a una vivienda adecuada. “Aranguren, como el Presidente, se hace el distraído con estos temas, te invito a que debatamos nosotros acerca de si la energía es una mercancía o un derecho humano. Poné día, hora y canal”, lo desafió ayer Solá.
Otra oleada de tarifazos comenzó a regir la semana pasada, en que el calor agobiante de principio de mes y la falta de inversiones en el sector de distribución derivaron en cortes masivos de luz. En medio de las protestas espontáneas de los vecinos, se conocieron varias presentaciones de una parte del arco opositor para frenar los nuevos aumentos. Entre ellas, la del diputado Solá, quien propuso redoblar la regulación del sector y aplicar una tarifa plana en momentos en que la pérdida de poder adquisitivo de los salarios torna imposible hacerle frente a los constantes aumentos. “Es un derecho humano. Un insumo para el bienestar y para el crecimiento y el desarrollo de un país. No sólo una mercancía o un producto. Es una diferencia conceptual, ideológica y peronista con el Gobierno”, había dicho el ex gobernador, quien también apuntó contra Aranguren por atizar con tarifazos la llama de la inflación durante su gestión.
“No estoy de acuerdo con que la energía sea un derecho humano; en algunos casos es un servicio público, como en el transporte o la distribución. La energía es un bien escaso, tenemos que reconocerlo. Lo mejor es ser eficientes y ahorrar cuando llegamos a un nivel de confort, como los grados del aire acondicionado. Como la energía es un bien escaso, es costoso; y hay que pagar lo que vale”, afirmó Aranguren, quien en 2015, en plena campaña electoral, había prometido un piso gratis de 150 kilowatts de consumo de energía eléctrica para hogares de escasos recursos.
“Es verdad que la energía no es un derecho humano, pero sí lo es el acceso a la energía. La manera en que lo plantea busca confundir al saber popular del acceso al servicio respecto de la producción o distribución. Lo hace con maldad y perversidad. No estamos hablando acerca de si la producción en Vaca Muerta es un derecho humano”, dijo a este diario Marcos Rebasa, ex director del ENRE y titular del Observatorio de Tarifas de la UMET. El especialista destacó el fallo de la Corte Suprema, sobre recomendaciones de Naciones Unidas, del derecho a la vida digna. “Esto ya se había dicho con el agua: Naciones Unidas estableció el agua como derecho humano y, luego de muchos años, se aclaró que el acceso, porque hablar de energía sin acceso es algo abstracto. Si la energía es un derecho humano, el acceso a la energía es un derecho humano. Los dichos de Aranguren no son otra cosa que la postura que siempre tuvieron. Entienden al mundo como un mercado”, agregó a PáginaI12 Claudio Boada, el director de la Unión de Usuarios y Consumidores.
“Hay que recordar que no habla como ex funcionario, sino como consultor privado”, sostuvo Federico Bernal, director del Observatorio de la Energía, Tecnología e Infraestructura para el Desarrollo (Oetec), quien recordó que Aranguren “pasó de ser ministro y accionista de Shell a ser ex ministro y accionista de Shell, para luego seguir siendo accionista de Shell pero titular de una consultora energética denominada Energy Consillium”. Boada llamó la atención respecto del pensamiento lineal del mercado como único prestador de un servicio. “En la entrevista pregunta quién va a brindar el servicio y que las empresas no están para hacer beneficencia. Los usuarios tampoco están para hacer beneficencia a las empresas distribuidoras con el aumento de las tarifas”, criticó Boada.
Aranguren también intentó justificar los masivos cortes de luz que se concentraron en el área de la Ciudad y Gran Buenos Aires: “Es una inercia. Es muy fácil deteriorar la calidad del servicio cuando uno genera condiciones por fuera del marco regulatorio. Recuperarlo no es sencillo. Ahora hay inversión genuina; el tiempo en que se transforme en calidad de servicio es lo que ahora estamos esperando”. “Esa es otra pequeña maldad del ex ministro. No tiene justificación después de tres años, porque hoy persiste la desinversión pese a los tarifazos. Las empresas lo único que hacen son parches y no inversiones: y lo que se necesitan son obras en nuevas líneas de tensión y transformadores, al menos”, opinó el titular del Observatorio de Tarifas de UMET.