Si la “nueva ola feminista” vino a cambiarlo todo resulta inexorable que el agua se cuele en los clubes, ámbitos tradicional y tozudamente heteropatriarcales si los hay. La forma de llegar a las orillas es a través de áreas de Género y Diversidad en algunos casos, o sumando esta temática a las ya existentes subcomisiones o comisiones de mujeres ¿Cómo encaran la tarea les integrantes de dichos espacios? ¿Con qué nuevos desafíos se enfrentan? ¿Qué tipo de horizontes vislumbramos?
El caso de Banfield es una rara avis de subcomisión que mutó en área de diversidad y género. Analía Gavio es abogada y docente en la UBA, hace tres años fue una de las impulsoras de la creación de la subcomisión de la Mujer. En octubre de 2018 resultó electa presidenta del club Lucía Barbuto, la primera en ocupar ese cargo en una institución de primera división. “En ese momento pensamos que la subcomisión quedaba fuera de lugar porque ya teníamos que seguir avanzando y romper con eso. Lucía propuso crear el área de Género y Diversidad de la cual soy responsable”, relata Analía. El espacio brinda asesoramiento jurídico gratuito para casos de violencia de género y charlas dentro del club para concientizar acerca del tema. Para marzo, con motivo del día de la mujer trabajadora, planean hacer un panel de “Violencia en el noviazgo” destinado a los chicos de la pensión y el plantel de fútbol femenino, entre otras actividades.
Paula Aberastegui es “abogada feminista y pincharrata”, según se define en su Instagram. Es de Estudiantes de La Plata y parte de la subsecretaría de Género y Diversidad que nació a partir de charlas y talleres sobre promoción de derechos y prevención de las violencias que brindaron en los ámbitos educativos del club. Paula afirma que “el de- safío es dotar de contenido y acciones políticas estos espacios que creamos para que no sea una venta de humo de lo que es políticamente correcto en este momento. La coyuntura nos permitió permear las instituciones históricamente masculinizadas y nuestro trabajo es consolidar estos espacios, tenemos que ser estratégicas en ese sentido, esto no es un nosotras y ellos, el horizonte de máxima es construir un club feminista e igualitario”
Valeria Fernández preside la subcomisión de la Mujer de Huracán que funciona hace 8 años y además es vocal de la Comisión Directiva, relata que decidieron tratar las problemáticas dentro de su área: “Entre otras cosas presentamos un proyecto que se llama Huracán Inclusivo mediante el cual la gente con discapacidad puede tener su carnet e ingresar al estadio. Ayudamos a hogares judicializados, menores y madres solteras que también son menores. Es muy amplio lo que hacemos, no nos quedamos quietas”.
Hay más clubes que ya están trabajando en la temática: Gimnasia y Esgrima de La Plata, Rosario Central, Vélez Sarsfield y por lo menos 20 más son parte de “Mujeres Asociadas a Clubes de Fútbol” (MACFUT), una Asociación Civil que en su sitio web se define como un “grupo de mujeres pertenecientes a clubes de todas las categorías afiliados a AFA (Asociación del Fútbol Argentino)” con 17 años de antigüedad se reúne mensualmente con el objetivo de bregar por una mayor participación de la mujer en las comisiones directivas y por ende en la toma de decisiones en los clubes, además de manifestar la firme voluntad de erradicar la violencia entre otras cuestiones. Marisa Pérez es la actual presidenta y es integrante del departamento de Cultura de Boca Juniors. “Más allá de esos objetivos en el último tiempo nos dimos cuenta de que ahora hay que darle otra vuelta de rosca a lo que son las Comisiones de Mujeres en los clubes, hay que empezar a hablar de un área más integral que tiene que ver con el género, la diversidad, los derechos humanos. Y nosotras tenemos que estar preparadas para enfrentar las diferentes situaciones que surjan en cuanto a éstos temas. Por eso estamos trabajando con la Secretaría de Derechos Humanos para capacitarnos y dar charlas a los deportistas y trabajadores de los clubes”, nos cuenta. También están trabajando en un protocolo de acción para que los clubes apliquen ante situaciones de violencia de género que se presenten. “Hay toda una revolución y hay que aprovecharla”, asegura Marisa. “Creo que es el momento de empezar a pensar fuertemente en ésto. Es difícil, vamos paso a paso y así vamos sumando. Imaginate que somos mujeres queriendo entrar en un mundo hiper plus machista, así que es todo un tema.”
En los clubes están quienes quieren barrenar y dar pelea en espacios donde el patriarcado se hace el festín cotidiano. Para tirar la casa por la ventana es necesario por un lado continuar desarrollando y promover el surgimiento de estos espacios en el corazón de los clubes y, por otro, hacernos ciertas preguntas para orientarnos en el tipo de espacios que queremos: ¿Podrían estas comisiones de género mutar hacia espacios feministas que abracen más que a las mujeres cis dentro del club? ¿Qué pasa con los mandatos heteronormativos? ¿Cuáles serían los posibles modelos de gestión, más horizontales y menos empresariales, dentro de los clubes? ¿Cómo construir en los clubes un deporte politizado y consciente de su rol social? Las preguntas se propagan como espuma y nos mantienen a flote para que la ola no nos tape.