Fito Páez estuvo en los estudios de la BBC en Londres, en una entrevista de una hora en la que habló, cantó, y respondió preguntas que le iba enviando el público en directo. El rosarino está desde hace unos días en Londres, en una visita que forma parte de su gira Solo piano, con la que viene haciendo presentaciones en Madrid, Barcelona, Andorra y en Londres, con el cartelito de “sold out” colgado. La última fecha de esta gira será el próximo sábado en Las Palmas de Gran Canaria, España.
Fito fue entrevistado por la periodista nacida en Venezuela y criada en Colombia Beatriz de la Pava, dentro de un ciclo por el que pasaron artistas como Carlos Vives y Natalia Lafourcade. En septiembre pasado hizo una presentación histórica en el Carnegie Hall de Nueva York, junto a una orquesta de 21 músicos dirigida por Ezequiel Silberstein, ante más de 2500 espectadores, y viene de ganar el Premio Grammy Latino por “Tu vida mi vida”, como Mejor canción de rock, de su último disco, La ciudad liberada, publicado a fines de 2017.
“He tenido la suerte de abordar tareas que amo, y que mi padre me enseñó cuando era niño: me hizo escuchar música, me hizo leer y me hizo ir al cine. Finalmente terminé desarrollando esas tres tareas que mi padre me inyectó con tanto amor”, dijo el rosarino. “¿Cómo ves, hoy, al Fito de Del 63, al de la Trova Rosarina, al que se encontró por primera vez con Charly García?”, le preguntó la conductora. “Lo amo a ese pibe. Porque ese pibe me permitió ser quien soy ahora. Una vez escuché que un escritor decía que él hubiera quemado todo aquello que escribió cuando era joven. ¡Y me pareció tan feo! Mientras lo escuchaba decía ‘ey, pavote, esos escritos te permitieron hacer esto de hoy’. Yo amo a ese chico que escribió esas canciones, estoy muy orgulloso de él, y en las cosas esenciales sigo pensando lo mismo”.
“¿Cuántas veces a lo largo de tu carrera te ha tocado oír que el rock está muerto?”, le preguntaron también. “Todo el tiempo!”, se rió Fito. “Cuando existían los discos, estaban las bateas de discos. El rock no es algo para poner en una batea. Siempre me termina pareciendo lo que decía Bowie sobre el rock, que es una cultura. Podríamos decir que es desde Oscar Wilde hasta Charly García, o desde los Sex Pistols hasta Luis Alberto Spinetta. Hay algo en el rock inasible, indefinible por su sentido. Yo defiendo que el rock es una cultura inmensa, loca y delirante. Es una manera de estar en el mundo”.
Durante la entrevista hubo tiempo para que Fito tocara temas como “Tu vida, mi vida”, “Circo beat”, “No voy en tren, voy en avión”, de Charly García, a pedido del público, o “Cadáver exquisito”. Y para que contara cómo resolvió armónicamente temas como este que le llevó, según contó, seis meses de trabajo. Hubo mensajes como el que mandó desde Córdoba Coki Debernardis, de la banda Killer Burritos: “Quería saber sobre su posición política respecto de la temperatura de la cerveza”. Y descripciones como la de la tapa de su último disco, La ciudad liberada, hecha por el diseñador Alejandro Ros y con fotografías de Nora Lezano. La imagen de tapa muestra la cara del rosarino fundida en un cuerpo de mujer.
“Charly me dijo que me gustaba mucho como habían quedado mis tetas operadas”, bromeó el músico, y contó que el cuerpo es el de su novia, María Eugenia. ¿Esa tapa es porque en el disco está muy presente la feminidad? “Todas las músicas conllevan algo sin género: no creo que las canciones tengan una sensiblidad masculina, femenina, drag queen o lésbica. Hay una sensualidad en las músicas, y la idea de esa fotografía es la fusión de los géneros, la celebración de la sensualidad y la libertad. Eso inevitablemente estuvo siempre en mi música, no es algo nuevo”, aseguró. La entrevista terminó con “Al lado del camino”, esa gran declaración de principios de Fito.