El juez federal Claudio Bonadio salió sorteado para investigar la denuncia contra su colega Luis Rodríguez por el presunto cobro de coimas para beneficiar al fallecido ex secretario presidencial Daniel Muñoz en una causa por lavado de dinero. La acusación surge de los testimonios de la viuda de Muñoz, Carolina Pochetti, y de la ex esposa de su presunto testaferro Sergio Todisco, Elizabeth Ortiz Municoy, y trascendió horas antes de que se conociera la denuncia por extorsión contra el fiscal Carlos Stornelli, quien precisamente les tomó declaración como arrepentidas en la causa de los fotocopias de cuadernos que gestiona el propio Bonadio. Al ingresar ayer a su despacho, el juez Rodríguez rechazó “categóricamente” la denuncia en su contra y negó un eventual apartamiento del Poder Judicial. Desde la Coalición Cívica ampliaron una denuncia en su contra realizada en el Consejo de la Magistratura, a la que se sumó la del abogado Ricardo Monner Sans.
Al llegar ayer a los tribunales federales de Comodoro Py, el juez Rodríguez pidió ante la prensa acreditada no referirse más al caso, dado que no había sido notificado de ninguna acusación formal en su contra. “Desmiento categóricamente”, se limitó a decir en referencia a las declaraciones de Pochetti y Ortiz Municoy que trascendieron mediáticamente. Sostuvo que estará en todo momento a disposición de la Justicia, que todos sus bienes están incluidos en su declaración jurada y que no tendrá inconveniente en dar explicaciones ante el Consejo de la Magistratura.
Las dos mujeres, que están detenidas, señalaron a su ex abogado Miguel Ángel Palo como gestor de los favores de Rodríguez y manifestaron sentir temor por las consecuencias de su denuncia. Ortiz Municoy afirmó que recibió amenazas de Plo, en tanto Pochetti, a quien su marido le dijo haber pagado “10 millones de dólares para arreglar al juez y a los abogados”, confesó tener “mucho miedo” por “los contactos que Plo pueda tener con la policía”.
Pochetti confesó el pago de coimas ante los fiscales Stornelli y Carlos Rívolo en el marco de la causa que la tiene presa desde el 21 de octubre. La viuda de Muñoz, que fue secretario de Néstor Kirchner entre 2003 y 2009 y murió en 2016, sostuvo que su marido pagó el soborno a través de Plo, quien también está preso, imputado por haber contribuido en la disolución de sociedades y la venta de 16 propiedades de Miami y Nueva York.
Rodríguez benefició por primera vez a Muñoz y su esposa en julio de 2015, cuando los sobreseyó en la causa por los dichos de la ex secretaria presidencial Miriam Quiroga, quien afirmó haber visto a Muñoz trasladar bolsos con dinero. La segunda fue cuando el nombre de Muñoz apareció en la megafiltración sobre sociedades offshore Panamá Papers: el juez rechazó el pedido de detener a Pochetti y facilitó las condiciones para que desde su entorno movieran los 70 millones de dólares que Muñoz tenía en el exterior. El 31 de octubre pasado la Cámara Federal lo apartó de la causa por conceder eximiciones de prisión sin valorar la prueba ofrecida por la fiscalía, que además de la detención e indagatoria pedía el congelamiento de las cuentas detectadas en Estados Unidos.
“A Plo lo conozco con Daniel ya enfermo”, declaró Pochetti, según transcribió Infobae. Muñoz le dijo “que eran unos abogados amigos, con llegada a un juez, y que nos podía dar una mano”. “El juez es Rodríguez, quien había intervenido en una denuncia previa de mi marido. En esa causa, Plo, luego de que interviniera otro abogado, lo había representado a mi marido y había conseguido un sobreseimiento. Cuando salió lo de los Panamá Papers, mi marido les pagó a Plo y al juez Rodríguez una suma importante de dinero. Me dijo que le había pagado 10 millones de dólares para arreglar al juez y a los abogados para que me defiendan”, afirmó.
Plo llegó a informarle a Muñoz que “había pagado una parte el juez”, quien “en ese marco ordenó el allanamiento a mi casa”, continuó. “Un día antes Plo me avisó, creo que por teléfono, de esa medida. En ese allanamiento tomaron fotos y no secuestraron nada”. Después de enviudar le pidió “tiempo” a Plo pero “me dijeron que no y articularon de manera rápida con Ortiz Municoy la venta de las sociedades”. “En una de esas conversaciones, Plo me dijo que el señor Rodríguez, el juez, nos había indicado que teníamos que vender todo. Con esas directivas, se comenzó a vender todas las propiedades con ayuda de Ortiz Municoy”, agregó.