El presidente Mauricio Macri no fue bien recibido en Chapadmalal. Un día después de festejar su cumpleaños, trabajadores y vecinos marcharon ayer hacia el complejo turístico oficial para repudiar su presencia y la militarización de la zona. Los manifestantes, con banderas, bombo y redoblante, no le cantaron esta vez el tradicional hit del verano sino el menos usual “¡Fuera! ¡Fuera! ¡Fuera, Gato, fuera!”. Desde fines de noviembre el jefe de Estado acumula tres fines de semana de descanso en Chapadmalal, al margen de los veinte días de vacaciones en Villa La Angostura.
Macri viajó hacia el complejo ubicado a 23 kilómetros de Mar del Plata el viernes, cuando festejó junto a su mujer Juliana Awada y su hija Antonia su cumpleaños número 60. Ese día compartió un acto en Dock Sud junto a la gobernadora María Eugenia Vidal y el intendente porteño Horacio Rodríguez Larreta, se sacó fotos en familia en la Quinta de Olivos y luego emprendió el vuelo hacia el aeropuerto Astor Piazzolla de Mar del Plata. Desde allí viajó en helicóptero hasta la residencia erigida por el presidente Juan Domingo Perón en 1947. Presidencia informó que allí pasaría el fin de semana y varios funcionarios y amigos partieron con el mismo destino.
La manifestación de rechazo comenzó cerca de las 12:30. Participaron trabajadores del complejo, vecinos de la zona y guardavidas de las playas cercanas, cuyas bajadas se vieron obstaculizadas por le presencia policial, informó el portal 0223. “Macri en Chapad NO! Vecinos de Chapadmalal”, escribieron en una bandera. “NO al tarifazo, ajuste y represión”, en otra. “Macri es hambre”, una tercera. Y “Turismo SI, búnker NO”, en referencia al operativo para aislar al Presidente. “Hay más policías que vecinos”, se quejó una mujer. Por las redes sociales circuló un video en el que los manifestantes cantan “¡Fuera! ¡Fuera! ¡Fuera, Gato, fuera!”.
Macri y su familia habían descansado por última vez en Chapadmalal hace dos semanas, del 25 al 27 de enero. También se había recluido allí el fin de semana del 24 y 25 de noviembre, cuando tenía previsto ver la revancha de la final de la Copa Libertadores que se suspendió por los piedrazos al micro de Boca. Chapadmalal fue además sede de los llamados “retiros espirituales” del presidente junto a ministros y amigos. Entre ambas escapadas disfrutó de sus vacaciones en el country Cumelén de Villa Angostura entre el 20 de diciembre y el 13 de enero último.
Las vacaciones de Macri desde que llegó a la Casa Rosada son materia de debate recurrente y de críticas de la oposición. El mandatario suma más de cuatro meses de descanso desde que asumió en diciembre de 2015. Sólo hasta mediados de abril de 2017 acumulaba 64 jornadas sin trabajar. Desde entonces se permitió varios fines de semana largos en los que participó de un torneo de golf en la Costa Atlántica o extendió visitas oficiales para dedicarle más tiempo al ocio, como en el caso de su viaje a Sudáfrica en el contexto de la Cumbre de los BRICS, cuando se tomó unos días para hacer un safari fotográfico junto a su familia.