El gobierno del presidente brasileño, el ultraderechista Jair Bolsonaro, teme que sus políticas contrarias a la demarcación de tierras indígenas y a las ONG que combaten el cambio climático sean cuestionadas durante el sínodo sobre la Amazonía, a realizarse en el Vaticano en octubre.
El general Augusto Heleno, jefe del Gabinete de Seguridad institucional (GSI), indicó al diario brasileño Estado de San Pablo que la alerta al gobierno vino de parte de informes de la Agencia de Inteligencia brasileña que relatan encuentros recientes de cardenales brasileños con el papa Francisco en el Vaticano para discutir la realización del Sínodo. Según estos informes, militares del GSI afirman que los sectores de la Iglesia aliados a movimientos sociales y partidos de izquierda de Brasil pretenden aprovechar el encuentro de obispos para criticar el gobierno de Bolsonaro y obtener impacto internacional. “Pensamos que eso es una interferencia en un asunto interno de Brasil”, declaró el funcionario.
Según el equipo del ultraderechista, la Iglesia Católica brasileña es una tradicional aliada del Partido de los Trabajadores (PT). Ellos creen, según indicó Heleno al matutino paulista, que frente al retraimiento de los partidos de izquierda, ahora la iglesia se está articulando para influenciar debates antes protagonizados por el PT en el interior del país.
Uno de los líderes del PT, y ex ministro durante el gobierno de Dilma Rousseff, Gilberto Carvalho, dijo ayer que la decisión del gobierno de espiar a los obispos expone a Brasil al ridículo internacional. “Como brasileño, me siento avergonzado”, afirmó.
Bolsonaro, en una de sus primeras medidas como presidente traspasó de la Fundación Nacional del Indio al Ministerio de Agricultura la demarcación de las tierras indígenas y el servicio de vigilancia forestal. El mandatario, que también promovió el control de las ONG, además respalda el desarrollo del agronegocio en tierras indígenas -restringido por ley- y rechaza adjudicar más territorios a estas comunidades.