Desde Caracas
Héctor Rodríguez tiene 37 años y representa la nueva generación de la conducción chavista. Hace un año se postuló y ganó la gobernación de Miranda arracándole el control de ese importante estado que conducía el entonces líder de la oposición, Henrique Capriles, pero además es donde se encuentran los municipios más antichavistas como Chacao y Chacaito. Afirma que su gobierno es una prueba que se puede coexistir mientras haya una agenda de paz, respeto y gobierno. Rodríguez considera que el golpe de estado en proceso que lleva adelante el gobierno de los Estados Unidos se encuentra en un momento crítico. Sin embargo, le aseguró a PáginaI12 que continuarán por todos los medios posibles alcanzar una solución pacífica y duradera. Eso sí, afirmó que las razones del ataque son “el petróleo, el control de la energía pero también el desmontaje del proyecto de unidad latinoamericana”.
–¿En qué momento de la crisis política se está?
–Creo que es estamos en el momento más crítico porque EEUU tomó la decisión, ya la tenía tomada, de involucrarse de manera directa. Entonces ya no se tiene un interlocutor nacional porque todo lo que se habla con las actores de la oposición nacional pasa por la decisión de los norteamericanos que, como usted sabe, tienen una contraofensiva muy agresiva sobre América Latina. La llegada de estos liderazgos progresistas que coincidían en la visión de una unidad Latinoamericana le restó terreno a la presencia de los Estados Unidos en el continente, en su visión de tenernos divididos y controlar, y a partir del golpe en Honduras arranca una ofensiva mucho más agresiva.
–En ese contexto entra Venezuela.
–Sí, es una parte de ese proyecto geopolítico de unidad latinoamericana pero además coincide que tenemos las principales reservas energéticas del planeta Tierra. Todas las guerras que se están produciendo tienen que ver con la energía pero siempre con la misma narrativa previa: que no hay derechos humanos, no hay democracia, no hay libertad de expresión. Sin embargo, después de 15 años en Irak, siete años en Libia, nadie me puede decir que la intervención ayudó a que haya más democracia, más derechos humanos o mayor libertad de expresión. Lo que sí hay más muerte y menos petróleo. Entonces, en Venezuela coincide que los que gobernamos somos parte de ese proyecto de unidad Latinoamericana y además somos dueños de la principal reserva petrolera. Entonces, en este momento son los EEUU los que tomaron el control absoluto de la política de la oposición y no respetan ninguna regla de juego.
–Usted dice que la oposición no es un interlocutor válido y que es preciso negociar con los EE.UU., pero ellos cerraron el diálogo, ¿entonces?
–Por lo pronto hay que construir un momento diferente al que estamos y lo primero que hay que hacer es frenar la locura de los EE.UU. porque, desde nuestra perspectiva, está haciendo un cálculo errado. Primero creo que tienen una imagen del país basado en lo que muestran los medios. Esto es, que estamos en un caos donde no hay gobernabilidad y seguramente están tomando decisiones en base a ese análisis. Ahora, ¡claro que Venezuela tiene problemas como todo país! Tenemos grandes dificultades económicas pero es un país que tiene gobernanza, donde las fuerzas policiales y militares tienen mando. Este no es un país en guerra civil por lo tanto esa agenda no cabe para nada.
–¿Y qué alternativa les queda?
–Pues debemos construir un momento diferente donde demostremos, con mucha audacia e inteligencia, la irracionalidad de lo que están haciendo y lo que significará eso. Es decir, entrar a Venezuela con una invasión, como están amenazando, o generar una guerra civil no provocaría ni paz ni estabilidad. Pero tampoco lo generará para América Latina. Eso generará una situación tipo Libia o Siria en nuestro continente. Por eso hay que generar mucha movilización de calle para que los medios vean que, como en cualquier país, hay visiones encontradas que deben resolverse en democracia. Nosotros vamos a hacer un esfuerzo nacional e internacional para que se imponga la racionalidad y la paz. Lo hemos dicho: podemos salir del poder sí y solo sí nos ganan una elección dentro de nuestra Constitución.
–Es curioso que la oposición, que tiene la mayoría en el Parlamento, no haya optado por competir en las elecciones presidenciales que ahora desconoce.
–A eso hay que agregarle que el que está gobernando (Maduro) atravesaba su peor momento económico. Acá es casi tradicional que si un gobierno sufre la caída del precio del petróleo casi siempre pierde en las próximas elecciones. Pero cuando ellos ganan la Asamblea Nacional comienza la pelea por el candidato presidencial. Entonces todos los aspirantes optaron por radicalizar el discurso y llegaron a las guarimbas, que es una acción de calle violenta, y eso partió a la oposición.
–Da la sensación de que se está en un callejón sin salida.
–Por eso decía que hay que construir otro momento, otra realidad. EE.UU. a veces siente que es verdad que se acabó la historia tras la caída del Muro de Berlín y el mundo son solo ellos. Nosotros nos negamos a eso y si ellos no quieren dialogar con nosotros, entonces dialogaremos con el resto del mundo y vamos a construir una dinámica internacional donde se le diga a los EE.UU. que las cosas ya no son así, ya no eres hegemónico, serás uno de los grandes pero tiene que haber equilibrio. En Venezuela haremos lo mismo, vamos a hablar porque no son todos los mismos aunque estén presionados. Vamos a hacer eso, salir por arriba de este callejón. Nuestra apuesta es al diálogo y seguramente en ese contexto las partes tendrán que hacer concesiones. Sobre eso no tenemos problema. Eso sí, la concesión que no haremos es esa que dice que o entregamos el poder o nos matan. Eso no va a pasar porque el chavismo sigue existiendo.
–¿Se puede conceder nuevas elecciones presidenciales?
–No, repetir no pero aunque las hiciéramos de nuevo y las volviéramos a ganar nos harían los mismo. Si ellos quieren tener más transparencia de la que tiene el CNE se las damos, si piden racionalizar los cronogramas electorales lo podemos hacer. Si ellos quieren adelantar las elecciones parlamentarias estamos dispuestos, ya hemos planteado esa posibilidad. Y ahí veremos cómo está la correlación de fuerzas. Mire, en diciembre hubo elecciones de concejales donde el chavismo obtuvo casi seis millones de votos y eso no se sabe. Lo que no puede ser es cada vez que pierdes una elección me presiones para que las repita.
–¿Los atacan sólo por el petróleo?
–Es el petróleo y el control de la energía pero también quieren desmontar el proyecto de unidad latinoamericana porque una América Latina unida se convierte en un factor de poder y eso no le conviene a los grandes.
–Siempre se habla de la imposibilidad del diálogo, pero usted ganó este estado que era gobernador por Capriles y que, además, tiene los municipios más antichavistas como Chacao y Chacaito, que fueron el epicentro de las acciones de calles violentas. ¿Cómo lo logró?
– Esta gobernación la perdimos hace diez años y no la podíamos recuperar. Luego ellos convirtieron a este estado en una plataforma electoral. En ese tiempo hicimos un esfuerzo de organización, construcción de liderazgo y de renovación de la conducción. Ahora ellos hicieron el esfuerzo por perder el estado porque le dieron tanto tiempo al tema nacional que descuidaron la gestión y la gente de Miranda se sintió desprotegida. Este estado estuvo a la cabeza de los índices de criminalidad y ahora lo hemos bajado al octavo puesto. Eso impactó en la economía y el turismo. Entonces confluyeron la renovación del chavismo y el desgaste de la gestión pero también cuando ellos construyeron su agenda de violencia esto se convirtió en el centro de ese objetivo y generó el repudio de los vecinos. Ahora llevamos un año de gobierno y somos un Estado de paz.