La aparición de un polvo sospechoso sobre los bancos del vestuario visitante, que algunos denunciaron que eran “cenizas de muerto”, causó vómitos y mareos a dos utileros de Central y provocó la demora por veinte minutos del inicio del clásico de Rosario. Ambos colaboradores intoxicados fueron atendidos por un equipo médico fuera del vestuario visitante. “Es una situación irregular”, denunció el vicepresidente Ricardo Carloni. “Hubo un pequeño inconveniente, pero la gente de Central puso buena predisposición, así que está todo arreglado y no hay ningún problema. Están usando los dos vestuarios para que estén mas cómodos”, explicó el titular de Newell’s, Eduardo Bermúdez. Durante el partido, cuando fue a ejecutar un corner, Leonardo Gil fue agredido con una botella de plástico arrojada desde la tribuna.
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