La inflación de enero se ubicó en el 2,7 por ciento impulsada por los rubros vinculados al turismo, transporte público y equipamiento del hogar, informó ayer el Instituto Estadístico de los Trabajadores de la UMET. La comparación interanual entre los precios del mes pasado y los de enero de 2018 arroja un alza del 48,7 por ciento. Además, la canasta de consumo del 10 por ciento de la población que cuenta con menores ingresos tuvo un alza interanual del 50,5 por ciento. El ritmo de avance de los precios sigue en febrero y los próximos meses con aumentos de los servicios públicos y traspaso al mercado interno de aumentos de costos que todavía quedan pendientes de la devaluación y a la inercia heredada del año pasado. Economistas esperan para este año una inflación superior al 30 por ciento.
La comparación interanual de inflación llegó a un nuevo pico en enero, con el 48,7 por ciento. El otro tope inflacionario del macrismo se verificó a mediados de 2016, con el impacto de la devaluación de diciembre de 2015 para eliminar las restricciones cambiarias del gobierno anterior. El dato oficial de inflación de enero será publicado el jueves por el Indec.
En enero, el capítulo de alimentos y bebidas tuvo un alza del 2 por ciento, algo por debajo del índice general pero por encima de la inflación promedio prevista por el Ministerio de Hacienda para el 2019. La entidad Consumidores Libres destacó para enero las subas de las salchichas Patyviena, mermelada La Campagnola, polenta, roast beef, picada común, zapallo, sal fina Celusal, detergente Ala y agua sin gas Villavicencio. El capítulo equipamiento del hogar subió un 3,3 por ciento, mientras que cigarrillos y productos de higiene también impulsaron la inflación.
Transporte y comunicaciones tuvo una suba de 2,6 por ciento a partir de una nueva rebaja de subsidios implementada por el Gobierno nacional. En la ciudad de Buenos Aires, el subte aumentó un peso hasta los 15,50 pesos, mientras que el boleto mínimo de colectivo lo hizo hasta los 15 pesos. En febrero continuaron las subas y seguirán en los próximos meses. Además, en el interior del país se produjo un fuerte aumento en el boleto del colectivo para paliar el ajuste en los subsidios que entrega el Gobierno nacional. Esos recursos ahora pasaron a ser cubiertos por fondos provinciales, municipales y por los usuarios a través de las tarifas.
Otro servicio que registró aumentos en enero fue el de peajes, con el 33 por ciento promedio. El ingreso de la Ciudad de Buenos Aires por el Acceso Oeste pasó de 50 a 65 pesos y por el Acceso Norte lo hizo de 45 a 60 pesos (Debenedetti Márquez), de 50 a 65 pesos (Tigre) y de 55 a 75 pesos (Pilar-Campana). En tanto, en el rubro de vivienda el avance de los precios fue del 2,4 por ciento según el índice de precios que confecciona la UMET. En esparcimiento y servicios vinculados al turismo la suba mensual fue del 6,4 por ciento, por el impacto de la temporada veraniega.
En la medida en que las mayores subas se concentran en los servicios públicos básicos, la inflación golpea en términos relativos más sobre los sectores de menores ingresos, que destinan mayor proporción de su presupuesto a afrontar aquellos gastos. En el período enero 2018 - enero 2019 la inflación de la canasta de productos y servicios que consume el 10 por ciento de menores ingresos de la población fue de 50,5 por ciento, mientras que para el 10 por ciento de mayores ingresos fue de 47,3. La misma dinámica se repite desde noviembre de 2015, ya que la inflación acumulada para el decil de menores ingresos es de 197,6 por ciento, 37,7 puntos más alta que la registrada para el decil de mayores ingresos.
El deterioro del empleo, con suspensiones, reducción de horas trabajadas, cambio de empleo hacia puestos más precarizado y negociación de paritarias por debajo de la inflación determinaron la caída del poder adquisitivo del universo de los trabajadores. La UMET calcula que el salario promedio de un trabajador registrado tiene una baja en términos reales de 14,4 por ciento desde que comenzó la gestión de Mauricio Macri.