Al igual que el año pasado, el Festival Unicos se dividirá en dos escenarios y contextos: el primero, el Teatro Colón, con una grilla que comenzará este martes con Lila Downs (a las 19.30), y Café Tacvba (a las 22). El segundo será gratuito y al aire libre, en Av. Figueroa Alcorta y Dorrego; en este caso arrancará el día jueves con ambas propuestas mexicanas más la presentación de Massacre. En todos los casos, los solistas y grupos se presentarán en formato sinfónico, con una orquesta armada para la ocasión.
Las fechas del Colón seguirán con dobles presentaciones cada días: el 13 de febrero con Pedro Aznar (que por entradas agotadas agregó otra función el 17) y Gustavo Santaolalla; el 14 con función doble de Luciano Peryra; el 16 con el colombiano Juanes y la mezzosoprano galesa Katherine Jenkins. El 17 cerrará con dos juntadas artísticas, además de la función extra de Aznar. La primera, El abrazo del tango y del flamenco, que reunirá a Antonio Carmona, Miguel Poveda, Ariel Ardit y Guillermo Fernández. Y luego estará La Trova Rosarina, con Juan Carlos Baglietto, Silvina Garreì, Jorge Fandermole, Adriaìn Abonizio, Rubeìn Goldiìn y Fabiaìn Gallardo, tal como se los pudo ver y escuchar recientemente en Cosquín (pero con arreglos sinfónicos).
En los Bosques de Palermo, en tanto, los conciertos gratuitos –impulsados por el Ministerio de Cultura porteño– comenzarán el jueves 14, también con Lila Downs y Café Tacvba, y además con Massacre. Siempre con arreglos sinfónicos, en este espacio gratuito seguirán el sábado 16 los artistas del tango y el flamenco, David Lebón, Pedro Aznar y Gustavo Santaolalla, entre otros artistas. El domingo 17, por último, actuarán Juanes, Marcela Morelo y un seleccionado de artistas mujeres, y el cierre será con la banda santafecina de cumbia Los Palmeras.
Al igual que Lila Downs, el grupo mexicano Café Tacvba traerá los arreglos que ya ha preparado para un concierto en Los Angeles en 2017, dirigidos por el prestigioso Gustavo Dudamel, o con la Filarmónica de los Angeles. “Tomamos arreglos de algunas canciones toda la historia de Café Tacvba, las que mejor se adaptaban a este formato musical. Y esa es la referencia que tuvimos para plantear estos arreglos sinfónicos, que aunque ya están trabajados lógicamente necesitan ajustarse a esta circunstancia”, comenta a PáginaI12 Quique Rangel, el bajista del grupo. En este formato, cuenta, sonarán canciones “de aquella época y de todas partes del trabajo de Café Tacvba”, sin dejar afuera clásicos como “Esa noche” y “Empuña mi corazón”.
Dos cosas lo entusiasman particularmente de este concierto: la primera, el lugar donde se hará. “No conozco el teatro Colón. Mis compañeros tuvieron oportunidad de ir en la última visita, que coincidió con una presentación de Babasónicos, pero yo no pude ir”, cuenta. El segundo factor es el encuentro con Gustavo Santaolalla, histórico productor de la banda: “Fue una grata sorpresa saber que en el marco del mismo festival también estará Gustavo, un gran amigo. Quiero ir a darle un abrazo”, agrega.
–¿Con qué se va a encontrar el público que vaya a verlos?
–Es curioso, porque lo que hicimos para este formato fue desnudar mucho toda esa parte de la música en la que nos apoyamos con sonidos de sintetizadores, sampleos y secuencias electrónicas. Prácticamente nos subimos a un formato totalmente acústico y el complemento de esos arreglos vino con la parte sinfónica, no solamente a suplir sino a hacer crecer ese espacio. Algo que recuerdo de la primera vez que tuvimos esta experiencia, y es la mínima expectativa para la presentación del teatro Colón, es una sensación extraña. Porque en la música, como nosotros la hacemos, uno conecta su instrumento a un amplificador y eso sale a los parlantes hacia el público, y uno sabe de dónde viene ese sonido. Con este formato sentimos que la música viene de todas partes, que nos rodea y rodea al público. Sentir esa sensación y compartirla con el público, es maravilloso. Llevamos casi treinta años tocando, pero la música, nuevamente, se vuelve a transformar en algo que no conozco, y que me lleva a un lugar insospechado de nuestra propia creación.