Mauricio Macri cruzó veloz el Río de la Plata en una visita relámpago para reunirse con el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez. La intención del mandatario argentino era convencerlo de revisar su posición sobre Venezuela, dado que Uruguay no reconoció al autoproclamado presidente Juan Guaidó ni tampoco condenó a Nicolás Maduro. Si ese era el objetivo de máxima, Macri debió contentarse con el premio consuelo. En un comunicado conjunto, los dos presidentes llamaron a “encontrar una solución democrática con elecciones libres, creíbles y con controles internacionales confiables”.
El encuentro con Uruguay fue pedido por Macri de urgencia. Vázquez se lo concedió de inmediato. Macri viajó sin su canciller, pero sí acompañado por el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo, quien talla desde tiempos inmemoriales en las cuestiones internacionales. El secreto a voces es que era por Venezuela, aunque en el Gobierno argentino se negaban a confirmarlo y se limitaban a hablar de un encuentro con “agenda abierta”. Finalmente, Venezuela fue el primer punto de discusión en la reunión conjunta que tuvieron Macri y Vázquez en Colonia, en el Parque Presidencial Aaron de Anchorena. La agenda abierta estuvo muy direccionada a discutir sobre Maduro.
Uruguay, al igual que México, se había abstenido de firmar el pronunciamiento del Grupo de Lima con el que la mayoría de los países de América Latina se alinearon con la posición de Estados Unidos.
En el comunicado conjunto que difundieron, ese primer punto confirmó que estuvo en análisis “la situación política y social en la República Bolivariana de Venezuela”. No obstante, Vázquez no se movió de la posición de Uruguay. Lo que acordaron fue llamar a “encontrar una solución democrática con elecciones libres, creíbles y con controles internacionales confiables”. No hubo reconocimiento a Guaidó. Uruguay salió, en buena medida, conservando su posición neutral. De todas formas, Macri intentará venderlo como una victoria, cuando en verdad no logró demasiado.
Otro de los temas de discusión fue la situación del Mercosur. La llegada de Jair Bolsonaro puso en cuestión como continuará el bloque regional. El presidente de Brasil quiere rediscutir cuestiones básicas, como permitir que los países firmen Tratados de Libre Comercio en forma individual. Macri hasta ahora no opuso mucha resistencia. En el comunicado, indicaron que con Vázquez plantearon la “importancia que tiene el Mercosur, reimpulsar este proceso de integración regional y su modernización respecto a perspectivas y modalidades para llevar adelante tratados comerciales con países extra región o con otros bloques regionales”. Es decir, la línea de acuerdos con la Unión Europea y Estados Unidos que Macri viene intentando sin resultados hace ya tres años.
Otro de los puntos que menciona el comunicado fue la discusión “lo que refiere a las perspectivas económicas y comerciales en lo inmediato y hacia el futuro de ambos países”. Macri ya manifestó que se muestra optimista sobre la economía argentina, pese a que gran parte de los indicadores le marcan lo contrario. No está claro si Vázquez comparte su optimismo. El comunicado se limitó a decir que cada uno expresó su “punto de vista”.
El comunicado indica que “acordaron seguir manteniendo reuniones periódicas presidenciales o entre los equipos de las presidencias para ir evaluando la marcha de los temas anteriormente planteados” y que “remarcaron las excelentes relaciones que mantienen ambos pueblos y ambos gobiernos en las dos márgenes del Río de la Plata”.
Un funcionario que participó del encuentro comentó a este diario que “la relación es excelente entre ambos. Mauricio, como presidente del Mercosur, habló con Bolsonaro hace un mes de modernizar el Mercosur y ahora con Tabaré. Además, es importante que hayan establecido un mecanismo permanente de contacto entre las presidencias”.
Más allá del éxito o fracaso de sus gestiones, Macri emprendió el viaje para mostrarse ante Estados Unidos como el líder regional que intenta agrupar a los presidentes, un lugar que busca ocupar hace años, incluso reeditando una disputa por el liderazgo con Brasil.