“Queremos transparencia porque ciertamente vemos que desde el oficialismo hay una voluntad de perpetuarse y de hacer modificaciones en pleno año electoral de todo el sistema electivo, que difícilmente se condice con la existencia de elecciones libres.”, aseguró Jorge Taiana ante el Parlamento Europeo donde llegó junto a un grupo de legisladores de Unidad Ciudadana. Ante este contexto, el ex canciller solicitó “a distintos parlamentarios y a la Unión Europea” que participen como “veedores internacionales para las elecciones de este año” porque es preciso “fortalecer la Democracia en la región”.
La intención de Taiana fue buscar que el Parlamento Europeo se sume como observador en los comicios presidenciales de octubre. El también diputado del Parlasur habló ante los eurodiputados junto a la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti, el diputado Guillermo Carmona, la diputada y referente sindical de Judiciales Vanesa Siley.
La exposición del ex canciller giró alrededor del debilitamiento de la democracia en la región y en ese sentido desgranó un detallado informe detallado sobre la situación política electoral de la Argentina: “Tenemos un proceso electoral este año y queremos que sea transparente, como han sido todos los procesos electorales desde la recuperación de la democracia”.
Por caso, señaló que tanto el poder económico como el mediático, al que le sumó el aporte del Poder Judicial, han concretado lo que denominó como “una alianza restauradora” que tiene entre sus objetivos “quitarle beneficios a los sectores populares”. En ese sentido, calificó al gobierno de Mauricio Macri como “una catástrofe” tanto en lo económico como en lo social a lo que debe sumarle “la persecución política y las tendencias autoritarias de su gobierno donde paulatinamente van aumentado la represión de la protesta social”. Taiana se preocupó en recalcar que lo que ocurre en la Argentina no es algo aislado sino que es parte de un proceso que comenzó con el golpe de Estado contra el presidente de Honduras, Manuel Zelaya que se repitió en Paraguay y el proceso destituyente de Brasil con la presidenta Dilma Rousseff y el encarcelamiento de Lula.