En menos de una hora, el Comité Nacional de la UCR definió ayer la intervención del partido en la provincia de Santa Fe, el tercer distrito electoral del país. La decisión ya estaba tomada antes de comenzar la reunión de la mesa directiva: no estaban dispuestos a permitir que la Convención provincial se aparte de la estrategia trazada por la cúpula nacional del partido y le de –como ocurrió el lunes pasado– libertad de acción a sus afiliados para integrarse tanto al Frente Progresista como a Cambiemos. El argumento formal es que los convencionales santafesinos tenían sus mandatos vencidos, por lo que carecían de legitimidad para tomar esa decisión. “Es un acto de autoritarismo”, retrucó Jorge Sappia, presidente de la Convención Nacional, enfrentado con la conducción partidaria que encabeza Cornejo. Sappia advirtió en diálogo con PáginaI12 que la UCR nacional decidió intervenir sólo la Convención provincial y no el Comité, cuando éste último también tiene sus mandatos vencidos. “Hay una doble vara”, remató el histórico dirigente cordobés.
El intendente de la capital santafesina, José Corral, logró finalmente quedarse ayer con el sello partidario, con el que buscará pelear la gobernación, primero en las primarias del 28 de abril y luego en las generales del 16 de junio. Corral fue el impulsor de la intervención del distrito, que pretendía conseguir una solución salomónica para evitar la fractura. El lunes por la noche, la Convención provincial había aprobado por abrumadora mayoría que el radicalismo se abstuviera de participar formalmente en la elección a gobernador, habilitando a los correligionarios a postularse y/o apoyar al frente con el que tuvieran mayor afinidad: ya sea la alianza Cambiemos con el PRO y la Coalición Cívica o bien el acuerdo con el socialismo, que hace tres períodos viene gobernando la provincia bajo el Frente Progresista.
Basándose en la ley de partidos políticos y en la Carta Orgánica Nacional, el titular del partido, Alfredo Cornejo, convocó a la mesa directiva y resolvió enviar un mensaje claro también para otros distritos: no hay lugar para díscolos, o están adentro de Cambiemos, o están afuera del radicalismo.
Desde el sector opuesto, retrucan que la abstención propuesta por la mayoría del radicalismo santafesino no contradice la estrategia nacional ya que las elecciones son desdobladas y tampoco impide presentarse a los radicales que quieren jugar con el PRO (como Corral) en la pelea por la gobernación. Agregan que los mandatos habían sido prorrogados el año pasado con el aval del propio Grupo Universidad, que lidera Corral, y que el Comité provincial está en la misma situación pero no fue intervenido.