El Senado de Brasil aprobó ayer por mayoría el tratamiento de un proyecto que prohíbe el aborto en todas las causales, en línea con la opinión del presidente ultraderechista y evangelista Jair Bolsonaro sobre el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo. La iniciativa, cajoneada desde 2015, había sido elaborada por un pastor evangélico, el senador Magno Malta, pero fue reflotada por un legislador que manifestó su expreso apoyo al ex capitán de reserva durante la campaña presidencial.
El proyecto en cuestión, que será debatido por la Cámara Alta en las próximas semanas, es una Propuesta de Enmienda a la Constitución (PEC), por lo que debe ser sometido a votación en el Congreso. La iniciativa elimina la posibilidad de interrumpir voluntariamente el embarazo dentro de las 12 primeras semanas cuando la mujer es víctima de violencia sexual, si hay riesgo de vida de la madre o si el bebé no tiene cerebro, factores que hoy en día son considerados legales para la realización de abortos.
El proyecto recuperado por el senador de Podemos Eduardo Girão busca garantizar “la inviolabilidad de la vida desde la concepción”. Girão negó que su objetivo sea dificultar aún más la posibilidad de que las mujeres realicen abortos, a pesar que el proyecto implicaría una disminución de derechos en términos prácticos. Él y otros senadores que apoyaron la medida justificaron que la idea es que el Senado defina los términos de la ley, sin la “interferencia” del Supremo Tribunal Federal.
El propio presidente dejó en claro cuál es su posición respecto al tema, antes y después de la campaña electoral. Bolsonaro firmó en octubre un acuerdo con la Iglesia católica “en defensa de la familia, en defensa de la inocencia de los niños en las escuelas y en contra del aborto y la legalización de las drogas”.
Su polémica ministra de Mujer, Familia y Derechos Humanos, Damares Alves, también comparte las mismas creencias en contra de los derechos de las mujeres. Justamente, Alves trabajó como asesora hasta fines de 2018 de Magno Malta, el escritor del proyecto.
La también pastora Alves aseguró al momento de asumir que su objetivo es aprobar el Estatuto del Nonato, el cual prevé aumentar las penas de prisión por abortar a 10 años de prisión efectiva. Además, la ministra defiende la creación de una “beca” para aquellas mujeres violadas que decidan no interrumpir el embarazo. Es conocida por su rechazo a la comunidad LGTBI, porque lo primero que dijo como funcionaria fue pedir que los “niños vuelvan a usar el azul, y las nenas el rosa”.