La inflación de enero se ubicó en el 2,9 por ciento según informó ayer el Indec, impulsada por alimentos y bebidas, servicios públicos, comunicación y turismo. Con el nuevo avance de los precios, la comparación interanual muestra un incremento de 49,3 por ciento, el más alto desde enero de 1992. En alimentos y bebidas, que compone el centro de la canasta básica, el aumento de los precios en los últimos doce meses es del 53 por ciento, lo cual explica el fuerte aumento de los indicadores de pobreza e indigencia en la última parte del año pasado. La inercia inflacionaria de 2018, junto a los aumentos de costos derivados de la devaluación que todavía no se trasladaron a los precios minoristas y la catarata de aumentos de servicios públicos determinan que la expectativa de inflación para este año no baje del 30 por ciento. En la Ciudad de Buenos Aires, la suba de los precios minoristas fue de 3,8 por ciento en enero (ver recuadro).
El principal aporte a la inflación de enero provino por el lado del rubro alimentos y bebidas, que aumentó un 3,4 por ciento. Las carnes lideraron los incrementos mensuales, con subas de 7,1 por ciento del cuadril y 6,7 en el asado y nalga, seguido de carne picada (6,6) y paleta (6,5). En el sector ganadero explican que el incremento viene postergado de 2018. Según la Federación de Industrias Frigoríficas, el precio de la hacienda acumula en el Mercado de Liniers un aumento del 30 por ciento en lo que va del año, lo cual anticipa que los aumentos en el rubro van a continuar. También hubo fuertes aumentos en el filet de merluza y en el pollo.
Otra familia de alimentos con importantes aumentos es la de lácteos. Según el Indec, el sachet de leche entera subió un 5,5 por ciento y la leche en polvo lo hizo en un 4,3 por ciento. El queso cremoso lo hizo en un 4,8, similar al pategras, mientras que la manteca avanzó un 3,7. Además de la inercia del año pasado, en este caso también jugó un factor externo, ya que el índice de precios de productos lácteos subió a nivel global un 7,2 por ciento en enero, informó la agencia de alimentos de Naciones Unidas. Entre los productos de consumo masivo también destacó la suba mensual de la yerba (5 por ciento), café molido (4,3) y jabón en polvo (7,8).
La inflación de 2,9 por ciento en enero podría resultar sorprendente en una economía en donde el consumo interno está muy debilitado y el dólar no registró mucha movilidad en el marco de un profundo ajuste fiscal y monetario. Sin embargo, la suba del dólar de 120 por ciento el año pasado junto a los grandes tarifazos sobre una economía cuyos precios se movía al 25 por ciento anual antes de la crisis cambiaria multiplicó la inercia inflacionaria. Esto quiere decir que los actores económicos incorporaron la indexación de los precios con números cada vez más grandes. Además, todavía existe una brecha de 20 puntos entre la suba que registran los precios mayoristas y el incremento de los minoristas.
En enero, los bienes subieron un 2,6 por ciento mientras que los servicios lo hicieron en un 3,5 por ciento. En la comparación anual, los bienes, más afectados por la devaluación, tienen un avance de 52 por ciento, mientras que los servicios, un 44,8 por ciento. En tanto, el IPC núcleo, que excluye a los productos estacionales y a aquellos que cuentan con regulación estatal, tuvo una suba de 3 por ciento en enero.
El capítulo de servicios públicos subió 3,1 por ciento impulsado por el aumento de 17 por ciento a nivel nacional de la boleta de Aysa. Los mayores aumentos de servicios públicos se dieron en noreste y noroeste, con incrementos mensuales de 6,7 y 5,8 por ciento, respectivamente. Luego, en febrero, comenzó a regir el aumento de la luz de 26 por ciento promedio y otro 14 por ciento en marzo, cuando también se aplica el segundo incremento de Aysa, de 27 por ciento. El gas subiría al menos un 35 por ciento en abril (ver aparte).
El rubro de transporte subió el mes pasado 2,5 por ciento a partir de un encarecimiento del transporte público en todo el país. En la ciudad de Buenos Aires, el subte aumentó un peso hasta los 15,50 pesos, mientras que el boleto mínimo de colectivo lo hizo hasta los 15 pesos. En febrero continuaron las subas y seguirán en los próximos meses. Además, en el interior del país se produjo un fuerte aumento en el boleto del colectivo para paliar el ajuste en los subsidios que entrega el Gobierno nacional. Otro servicio que registró aumentos en enero fue el de peajes, con el 33 por ciento promedio. El ingreso de la Ciudad de Buenos Aires por el Acceso Oeste pasó de 50 a 65 pesos y por el Acceso Norte lo hizo de 45 a 60 pesos (Debenedetti Márquez), de 50 a 65 pesos (Tigre) y de 55 a 75 pesos (Pilar-Campana).