Este viernes, cuando el reloj marque las nueve de la noche, una nueva afrenta de protestas, críticas, carcajadas, sarcasmos, disfraces y glosas en homenaje al rey Momo se activará en el Club Atlético Fernández Fierro (Sánchez de Bustamante 722), bajo el nombre de CAFFnavaleando. Los Rotosos de Monserrat en un rincón, y Calaveras de Constitución en el otro, mostrarán que el carnaval no solo es cosa de corsos, calles y tablados, sino también de techo, y brumas de alcohol. Traducido a colores --factor nodal en el género, claro--, el tándem de murgas significa un entramado entre negros, rojos, verdes, amarillos y blancos que atavían a los rotosos, frente al austero negro y blanco de los de Constitución. Traducido a esencias, en tanto, significa un encuentro vital entre el trabajo militante social y barrial que realizan los de Monserrat, cuyo origen se remonta a mayo de 2011, frente a otro combo que --en línea-- lleva como bandera un slogan: el arte callejero no es delito. “Somos una murga nacida desde el trabajo militante territorial. Buscando en la historia del barrio, los tambores y los negros, la migración española, y mixturándolo con las historias de ahora, los hoteles y conventillos, el piberío, forjamos una identidad rotosa que sentimos que estamos descubriendo cada día un poco más”, se describen los primeros, en modo plural y unisex, dado que es una murga mixta, incluso fundada y dirigida por mujeres.
“Son principalmente mujeres, sí, las que tienen roles de referencia en la percusión, las voces principales, las glosas, la dirección de baile, la escritura, la organización. Roles que históricamente eran ocupados por hombres... Es una situación que en Los Rotosos se dio naturalmente, sin ser buscada. Además, entendemos a la murga como un arma para la revolución porque, entre tantas otras cosas, genera unión. Para estar en una murga, se debe dejar de lado la mirada individual para pensar en colectivo”. Los Calaveras de Constitución, por su parte, se presentan como una agrupación de Carnaval argentino (género murga porteña) nacida el 27 de junio de 2004 y constituida por unas sesenta personas que se juntan a ensayar cotidianamente en El Campito, como le dicen a la plaza Vuelta Obligado de Constitución. “Nuestra apuesta, entre otras cosas, es oponernos firmemente al intento del gobierno por criminalizar el desarrollo de las actividades culturales y artísticas en las calles y plazas”, sentencian.
El CAFFnavaleando, así se llama la movida total, es una organización conjunta entre el CAFF y la murga Atrevidos por Costumbre de Palermo, cuyo fin es mostrar que es posible y potable el carnaval bajo techo. Otros desafíos, dicen, pasan por mostrarle al público los diferentes subgéneros del carnaval (desde el centro murga hasta la agrupación murguera). O también desnudar una realidad ya de por sí bastante desnuda, vinculada a los tarifazos, el cierre de escuelas, la suba del dólar, el acuerdo con el FMI y la lucha feminista. Este será el quinto episodio de esta historia que ya expuso a Festejantes por la patria, Movedizos de Villa Crespo, los Auténticos Rayados de Lugano, Los Pegotes de Florida, los Chiflados de Boedo y los mencionados Atrevidos por Costumbre, la histórica murga fundada en 1995 y dirigida por un todoterreno de la especie: el gallego Rubén Espiño. Las que faltan sonar, además son De paso cañazo de Soldati y Atorrantes de Almagro (jueves 21) y Zarabanda Arrabalera + Inconscientes de Almagro, que cerrarán el ciclo el viernes 22, todas por la módica suma de 150 pesos (120 anticipadas) y un alimento no perecedero.