El Rayo Vallecano es un pequeño equipo de Madrid, del barrio de Vallecas. Lejos del poder económico del Real y el Atlético, los dos grandes de la capital española, el Rayo pudo mantenerse durante años en la Primera División del fútbol español, aunque ahora milita en Segunda. Con todo, el equipo, cuya camiseta es idéntica a la de River, es reconocido por su idiosincrasia de izquierda, que volvió a quedar de manifiesto en las últimas horas.
A comienzos de temporada, el delantero ucraniano Roman Zozulya llegó del Dnipro de su país al Betis de Sevilla. En medio del mercado de invierno del fútbol europeo, el jugador fue transferido del Betis al Rayo Vallecano. Y comenzó la polémica. Porque los hinchas sacaron a relucir las ideas políticas de Zozulya.
"No es una cuestión de ideologías o pensamiento, va más allá: el jugador ucraniano ha empuñado armas, ha donado dinero a batallones fascistas, luce sus símbolos y ha manifestado en numerosas ocasiones su apoyo a la ultraderecha de su país, para quien es un símbolo", denunciaron los hinchas agrupados en la plataforma ADRV en un texto en la web. Otra facción, Los Bucaneros, fue contundente: "La filiación nazi de Zozulya le impide vestir la franjirroja. No la vas a ensuciar".
Una pancarta en el campo de entrenamiento del Rayo también manifestó el repudio el martes: “Vallecas no es lugar para nazis. Presa, para tí tampoco, vete ya”. Martín Presa es el presidente del club, que contrató a Zozulya. El rumor de la contratación del ucraniano había despertado la ira de los hinchas en las redes, y el Rayo oficializó la llegada del jugador sobre la medianoche de ayer, cuando cerraba el libro de pases.
La ideología de Zozulya había despertado comentarios hace seis meses, cuando arribó al Betis. Quiso aclararlo en una carta a los hinchas del Rayo: "Llegué al aeropuerto de Sevilla con una camiseta con el escudo de mi país y unos versos del poeta Taras Shevchenko, estudiado en todas las escuelas de la Unión Soviética. Un periodista publicó que traía una camiseta de un grupo paramilitar que se distingue del escudo de mi país porque lleva una espada de gran tamaño". Aseguró además que “no estoy vinculado ni apoyo a grupo paramilitar ni neonazi alguno. He realizado una importante tarea en Ucrania colaborando con el ejército para proteger a mi país, además de ayudar a los niños y a los más desfavorecidos”.
Zozulya ha colaborado con el ejército ucraniano, visitando a las tropas. Incluso llegó a subastar una camiseta del Betis para recaudar fondos para los aviadores ucranianos, en plena escalada entre Ucrania y las milicias prorrusas.
La polémica en las redes alcanzó para que el delantero desistiera de jugar en el Rayo, quien además fue insultado al llegar a las oficinas del club. Por eso prefirió volver ayer a Sevilla, aunque ya no podrá jugar por el resto de la temporada, dado que figura como inscripto por el Rayo. Y como comenzó la temporada en el Dnipro y luego en el Betis, y figura en un tercer equipo en el año, sólo podría jugar en el Rayo, dado que la normativa internacional no permite más de tres equipos para un jugador en el mismo año. Pero como no lo hará, al volver a Sevilla el año futbolístico terminó para él. “Está teniendo problemas con grupos radicales del Rayo”, definió la dirigencia del Betis la situación.
Sus compañeros del club sevillano salieron a defenderlo hoy en una conferencia de prensa grupal, donde afirmaron que "hemos asistido a un linchamiento público de un futbolista cuyo comportamiento profesional y personal desde su llegada a este vestuario ha sido intachable".
Y por si fuera poco, la embajada de Ucrania en España emitió un comunicado en apoyo del delantero: "Román Zozulya es uno de los patriotas ucranianos que apoyan el ejército ucraniano en su lucha contra el agresor por la integridad territorial de nuestro país. Nosotros estamos muy orgullosos por tener en Ucrania los jóvenes tan valientes y patrióticos como es Román Zozulya. Por esta razón consideramos injustas las acusaciones contra nuestro compatriota que defiende su país".
El frustrado pase podría derivar en una querella de la dirigencia deportiva española. Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional, dijo que sigue el caso y que si se comprueba "coacción clara" contra el futbolista, irá a la justicia.