Calles de fuego 

1984 Walter Hill

Hijo de una enfermera y de un cirujano, el joven Dafoe dio sus primeros pasos en la actuación como miembro fundador de The Wooster Group, un colectivo teatral neoyorquino que ofreció sus primeros frutos creativos en la década del 70. Luego de algunos cameos y roles ínfimos en películas como La puerta del cielo y El ansia, Walter Hill le ofrecería el papel de villano en Calles de fuego, la bellísima reapropiación de la biker movie y el musical que el director de Los guerreros entregó a mediados de los años 80. A puro jopo engominado y chaqueta de cuero a tono, Raven Shaddock enfrenta –junto a su banda de motoqueros, los Bombers– a la pareja romántica protagónica, sus facciones únicas utilizadas como metáfora perfecta de la maldad. Un año más tarde William Friedkin reutilizaría esos rasgos para moldear a otro antagonista, el Eric Masters de Vivir y morir en Los Ángeles, pero sería 1986 el año de la consagración definitiva: la muerte del Sargento Elías, inmortalizada en el poster publicitario de Pelotón, anticipa más de tres décadas de actividad constante e ininterrumpida.


La última tentación de Cristo 

1988 Martin Scorsese

En 1988, el joven actor de 33 años (curiosamente, la edad de su personaje al momento de morir) aceptó un papel que ya habían desechado otros posibles protagonistas. La polémica, extraordinaria y muy cristiana adaptación al cine del libro de Nikos Kazantzakis no hubiera sido la misma sin el rostro de Willem Dafoe en el rol titular. Demostración cabal de que siempre fue mucho más que un simple actor “de carácter” –ideal, según dicen, para interpretar personajes secundarios fuertes, de los que dejan huella–, su Jesucristo es un dechado de contradicciones, dudas y ambigüedades y la complejidad de su performance atraviesa registros tan diversos como la compasión, la ira, el dolor, la entrega y la beatitud con apenas algunas escenas de diferencia. Más allá de la presencia de figuras como Harvey Keitel, Barbara Hershey y David Bowie –Judas, María Magdalena y Poncio Pilato, respectivamente–, la “sustancia dual de Cristo” nunca tuvo una imagen de carne y hueso tan potente.


Corazón salvaje

1990 David Lynch

De todos los personajes malvados, sombríos y salvajes interpretados por Dafoe a lo largo de su extensa carrera, Bobby Peru es uno de los más difíciles de olvidar. Un mal bicho con todas las letras, mucho más que el Duende Verde que debe enfrentar el Hombre Araña de Sam Raimi. Con ese aspecto general grasoso, encías excesivamente prominentes y sonrisa maquiavélica, amplificada por la textura de las pantimedias que aprietan su cabeza, Lynch logró transformar al actor en un posible epítome del lado oscuro del sueño americano, una suerte de cuadro de Dorian Grey vivo y palpitante. La perturbadora escena de acercamiento y rechazo sexual al personaje interpretado por Laura Dern muestra a Dafoe en plena posesión del juego de caracteres actoral que seguiría siendo una marca de estilo durante el resto de su filmografía.


La sombra del vampiro 

2000 E. Elias Merhige

“El único actor con una nominación al Oscar por interpretar a un vampiro”, afirma la trivia del sitio especializado IMDB. Absolutamente cierto, aunque en los papeles Willem Dafoe interpreta al célebre actor alemán Max Schreck, responsable, entre otros muchos roles, de llevar a la pantalla a Nosferatu, el primer chupasangre de la historia del cine. La divertida y hoy algo olvidada película de Merhige basa su relato en una leyenda que tiene su origen en el rodaje del film de F. W. Murnau, en 1921: Schreck se mantenía tan compenetrado en su papel que no lograba salir de allí ni siquiera durante los descansos en el set. En La sombra del vampiro el protagonista es un vampiro terriblemente real y Murnau debe convertirse en proveedor de víctimas si desea terminar la película. Dafoe debe haberse divertido mucho al preparar e interpretar el personaje y eso se transmite sin filtros a lo largo de todo el metraje.


Go Go Tales 

2007 Abel Ferrara

El actor colaboró en varias ocasiones con el realizador italoamericano Abel Ferrara y la más reciente de ellas lo tuvo como protagonista, en el papel de Pier Paolo Pasolini. En Go Go Tales, sin embargo, le tocó en suerte un personaje muy distinto: Ray Ruby es un soñador, el encargado del Paradise, un local a-go-go (mezcla de strip joint con club nocturno a la vieja usanza) decidido a salvar el sitio y a sus trabajadores y trabajadoras de los mil y un problemas financieros que lo amenazan. El reparto de “chicas” incluye a la inmejorable Asia Argento y a la veterana Sylvia Miles. Con algo de The Killing of a Chinese Bookie y una estructura ligera y llena de humor, este poco conocido largometraje de Ferrara muestra tanto al cineasta como al actor en su mejor forma. En breve comenzará el rodaje de una nueva colaboración entre ambos, Siberia, la historia de un ermitaño que vive en una cabaña en las montañas, totalmente alejado de la civilización.