La Cámara de los Comunes aprobó por amplia mayoría el comienzo del proceso legal por el cual el Reino Unido abandonará la Unión Europea. El Brexit marcha hacia la separación británica del bloque por 498 votos a favor y 114 en contra.
De esta manera comienza el procedimiento para activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa, tal cual el deseo de la primer ministro Theresa May, una fervorosa defensora de salir de la UE, y que justamente llegó a su cargo tras el triunfo del Brexit en el referéndum del último 23 de junio, que le costó el cargo a David Cameron como premier.
Tras la votación de hoy, habrá una etapa de enmiendas en diversos comités parlamentarios, y volverá ser votada por la cámara. Para May, el amplio apoyo de hoy es un triunfo significativo: prácticamente todo el Partido Conservador se abroqueló detrás de su propuesta, más el apoyo de una facción de la oposición laborista.
El rigor, la aprobación en general desnudó la crisis interna de los laboristas. Su líder Jeremy Corbyn, planteó acompañar al gobierno, pero 30 diputados desoyeron la orden y votaron en contra junto a los liberal-demócratas y los nacionalistas escoceses.
Una vez que el proyecto tenga sus enmiendas y se apruebe en particular, será girado a la Cámara de los Lores. La fecha clave es el 9 de marzo: ese día es la cumbre de la UE en Malta y May apuesta a anunciar allí la salida formal de acuerdo a lo planteado en el Artículo 50 del Tratado de Lisboa.
En uno de los discursos más fuertes en el debate de hoy, el nacionalista escocés Neil Salmond citó el discurso de Kenneth Clarke, el último pro-europeo en las filas conservadoras, que comparó a la primer ministro con el personaje de Alicia en el país de las maravillas. Para Salmond, “la diferencia es que Alicia caía ella sola en un agujero, y que en este caso Theresa May ha logrado arrastrar al agujero a todo su partido, a la mitad del Partido Laborista y a todo el país”.
May buscaba saltear el trámite parlamentario, pero la Justicia la obligó a cumplirlo. Los Lores podrían pronunciarse el 7 de marzo, dos días antes de la cumbre europea en la que Gran Bretaña diría adiós a sus hasta ahora socios del continente.