El canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, confirmó ayer que sostuvo dos reuniones secretas con Elliot Abrams, delegado del presidente estadounidense Donald Trump para tratar la situación en el país caribeño. Pese a que el jefe de la diplomacia venezolana no dio detalles, sí indicó que durante los encuentros hubo momentos de tensión. Arreaza afirmó, además, que el Departamento de Estado de Estados Unidos fue el que propuso el encuentro.
“Efectivamente el gobierno de Estados Unidos designó a este señor, Elliot Abrams (...) para conversar con el gobierno de Nicolas Maduro, hemos hecho dos reuniones de las cuales no puedo dar detalles porque debo respetar la confidencialidad”, dijo Arreaza en entrevista con la cadena Telesur, confirmando así la noticia revelada por el propio presidente venezolano, Nicolás Maduro, a Associated Press.
“Ambos países nos hemos escuchado, ha habido momentos de tensión, hay diferencias profundas, pero al mismo tiempo hay preocupaciones compartidas”, subrayó el funcionario. El jefe de la diplomacia del país caribeño viajó a Nueva York el 13 de febrero, un día después de multitudinarias concentraciones convocadas por el jefe del Parlamento -de mayoría opositora- y autoproclamado presidente interino Juan Guaidó. Parafraseando al fallecido expresidente Hugo Chávez y a Maduro, Arreaza aseguró que de ser necesario se reunirán con el diablo para, dijo, defender la soberanía de Venezuela y exigir respeto. “Si tenemos que reunirnos con el diablo mismo, si tenemos que irnos al centro de la tierra a la quinta paila para hablar con el diablo y defender la soberanía de Venezuela y exigir respeto y lograr un camino de respeto con el Gobierno que representa el imperio y las corporaciones en este momento en el mundo, nosotros lo haremos”, sentenció.
Arreaza dijo, también, que estos encuentros suponen un diálogo binacional que no puede ser negado por voceros estadounidenses, y que Maduro estaba al tanto de cada detalle conversado. “Es evidente (el diálogo con Estados Unidos), incluso el señor (John) Bolton –asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca–, el señor de la guerra, lo ha reconocido”, insistió.
Estas reuniones ocurrieron en medio de la elevada crispación diplomática entre ambos países y una pugna por el ingreso de ayuda humanitaria estadounidense a Venezuela. Frente a esto, Arreaza condenó la propaganda mediática sobre la asistencia humanitaria levantada por Estados Unidos acusando a Washington de empujar a un escenario de intervención militar.
“Esto es una operación mediática de propaganda para crear las condiciones para una intervención y el pueblo venezolano y latinoamericano tiene que saberlo, tiene que entenderlo”, dijo el canciller.
Arreaza denunció que el Departamento de Estado de Estados Unidos había restringido en 40 kilómetros alrededor de la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington la libre movilidad del diplomático venezolano ante ese organismo, Samuel Moncada. “Le tienen miedo al verbo de Venezuela, le tienen miedo a la verdad de Venezuela”, señaló el canciller. En ese sentido, dijo que el Gobierno venezolano estaba evaluando qué acciones tomar para evitar que la voz de Venezuela en la OEA sea silenciada antes del 27 de abril, cuando abandona el organismo por decisión propia, resolución que el gobierno de Venezuela tomó en 2017. “El día que nos vamos nadie nos saca, nadie nos expulsa de la OEA”, señaló Arreaza.