Hoy se cumplen diez días de la detención de Alejandro Di Tullio, preso después de que allanaran su casa y secuestraran las plantas que usa para fabricar aceite de cannabis para uso medicinal. Fue detenido el viernes 8 de febrero y pasó la noche en un destacamento de Gendarmería, después fue trasladado a la Unidad 28 y ahora se encuentra en el penal de Devoto.
Di Tullio comenzó a preparar aceite hace unos tres años, primero, para su novia, que sufre de escoliosis y luego para tratar sus propios ataques de pánico con principio de esquizofrenia.
“Mi columna es prácticamente como una ‘s’, y eso nos trae unos dolores tremendos de espalda”, relató Eugenia, su novia, a PáginaI12. “Nosotros lo usábamos de manera muy casera, empezamos a cultivar para tratar problemas médicos nuestros. También le hemos dado una crema con cannabis a mi mamá para calmar sus molestias cuando se fracturó la muñeca. No hacíamos nada parecido a algo ‘abierto al público’. Es decir que él en este momento está detenido con una carátula (consumo personal) que nada tiene que ver con la realidad”, agrega Eugenia.
“Ale tiene ataques de pánico, que empeoraron como consecuencia de todo lo que está viviendo. El cannabis nos había resultado una alternativa eficaz para no recurrir tanto a la medicación psiquiátrica, que tiene efectos no deseados”, cuenta Eugenia, que está esperando un bebé.
La ley de investigación médica y científica de uso medicinal de la planta de cannabis y sus derivados fue sancionada en marzo de 2017. Sin embargo, la normativa no incluye el autocultivo con fines medicinales, es decir que tener plantas de marihuana en los hogares para uso personal y terapéutico continúa siendo un delito. A casi tres años de la sanción todavía no hay planes concretos para habilitar espacios estatales para cultivar y hacer extractos. Sí se ha creado un registro nacional para recibir el aceite gratis del Estado, sin embargo, éste solamente contempla su importación para los pacientes con epilepsia refractaria. Por ende, no pueden acceder a él quienes padecen dolores crónicos, autismo, fibromialgia, entre otras patologías que podrían tratarse con esta sustancia. De este modo, los cultivadores con fines medicinales como Alejandro quedan en total desamparo.