El rechazo contra las políticas migratorias impulsadas por Donald Trump volvió a ponerse de manifiesto. Esta vez, el que cargó contra el magnate inmobiliario fue el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, quien evaluó ayer que el veto a los ciudadanos de ciertos países decretado por el presidente de Estados Unidos viola una serie de principios básicos. “Creo que estas medidas deberían ser eliminadas más pronto que tarde”, consideró Guterres en declaraciones a los periodistas en la sede de la ONU. El titular del organismo internacional En medio de informaciones que apuntan a que la Casa Blanca tiene en agenda la implementación de un importante recorte a sus contribuciones a la ONU y algunas de sus agencias, Guterres manifestó que está haciendo todo lo posible para demostrar el valor añadido de la institución que encabeza.
Sobre la estrategia impulsada por Washington para frenar la inmigración a Estados Unidos, el diplomático portugués aseguró que ese tipo de acciones no son efectivas. “Si una organización terrorista global va a intentar atacar cualquier país como Estados Unidos, probablemente no vendrá con gente con pasaportes de países que son hoy zonas de conflicto”, sostuvo Guterres, y recordó la sofisticación con la que operan estos grupos. “Pueden venir con pasaportes de los países más desarrollados y creíbles del mundo o pueden usar gente que ya está dentro del país y que en ocasiones ha estado allí por décadas”, afirmó.
Asimismo, Guterres llamó a evitar medidas que alimenten la ansiedad y la ira, puesto que ayudan a desencadenar los mecanismos de reclutamiento que estas organizaciones están haciendo en todo el mundo. “Por eso hemos estado abogando con fuerza por la capacidad para tener medidas muy firmes en relación con la gestión de fronteras, pero al mismo tiempo no basarlas en ninguna discriminación vinculada con nacionalidad, religión o etnia”, argumentó en línea con su propuesta.
El jefe de la ONU, que había reaccionado inicialmente, durante una visita a Etiopía, a las medidas planteadas por Washington, volvió a expresarse ayer, un día después de que su vocero emitiese un comunicado crítico con este tipo de acciones, aunque en el documento no se mencionaba explícitamente a Estados Unidos. Guterres señaló que consideraba importante dejar clara la doctrina de la ONU tanto en relación con el veto a ciertos países como sobre las medidas sobre refugiados.
El secretario general, que en el pasado se desempeñó como responsable de Naciones Unidas para los Refugiados, recordó que el reasentamiento es la única solución para muchas de las personas que huyen de sus países, entre los que los sirios destacan actualmente. Además, Guterres recordó que Estados Unidos ha sido uno de los países que se ubicó a la vanguardia en los esfuerzos para proteger a refugiados y confió en que restablezca esa política y no excluya a los sirios.
El diplomático portugués recordó además que está trabajando en reformas en el seno de la organización que lidera y dijo que cree que esos cambios serán la mejor forma de mantener el apoyo de los Estados miembros, incluido Estados Unidos y su nueva administración. Con todo, Guterres evitó referirse ni hacer comentarios sobre los supuestos planes estadounidenses y dijo que tuvo una primera conversación muy constructiva con la nueva embajadora de Estados Unidos en la ONU, Nikki Haley, con quien se entrevistó el viernes pasado.
Según aseguró Guterres, tanto ante Washington como ante otras capitales, su estrategia pasará por mantenerse firme en la defensa de los principios de Naciones Unidas y mostrarse abierto a todo diálogo constructivo. En su primer día como embajadora ante Naciones Unidas, Haley adelantó que tiene el encargo del presidente norteamericano de analizar a fondo el funcionamiento de la ONU. “Todo lo que funcione, lo vamos a mejorar; lo que no funcione, vamos a tratar de arreglarlo, y cualquier cosa que parezca obsoleta o no necesaria, vamos a acabar con ella”, aseguró la funcionaria norteamericana.
La Casa Blanca está considerando una orden ejecutiva que, según el borrador publicado por varios medios estadounidenses, podría reducir de forma drástica su apoyo a la ONU. De aprobarse, el texto cortará, entre otras cosas, toda financiación a agencias dependientes del organismo internacional y de aquellos que tengan a Palestina como miembro de pleno derecho, o que tengan programas que financien abortos, entre otros criterios.
Por otra parte, el documento pide la reducción de al menos un 40 por ciento del resto de fondos que el país destina a organizaciones internacionales, lo que a priori perjudicará de forma muy importante a las operaciones de Naciones Unidas, que tiene en Estados Unidos a su principal contribuyente.
Guterres mantuvo un primer contacto telefónico con Trump el 4 de enero y, en esa comunicación, los dos acordaron que el secretario general realizaría, en algún momento, una visita a Washington para encontrarse en persona con el mandatario norteamericano. Según dijo ayer, por ahora no hay una fecha fijada para ese encuentro, que se producirá en el momento adecuado. En el pasado, Trump salió a criticar abiertamente a la institución que actualmente dirige Guterres. En diciembre había asegurado que esa organización era un club de gente que se reunía para hablar y pasarla bien.