River no jugó bien anoche y rescató un 1-1 de su visita a Banfield, que le presentó batalla con un equipo con muchos juveniles que fueron despedidos con aplausos por el público local. Con este resultado, el Millonario estiró su invicto a cinco partidos; mientras que el Taladro llegó a cuatro sin ganar y se alejó de los puestos de acceso a copas internacionales. 

Tras empatar 1-1 ante Central en Rosario el jueves, Marcelo Gallardo dispuso una formación mixta de titulares y suplentes para plantarse en el Florencio Sola, donde lo esperaba un equipo local que buscaba su primer triunfo bajo el mando de Hernán Crespo. Para ello, el ex goleador de la Selección –que sumó desde su llegada al sur bonaerense dos empates y una derrota– dispuso una formación con once jugadores surgidos de la cantera del Taladro, toda una rareza en el fútbol actual. Por caso, del lado de enfrente, River presentaba sólo dos futbolistas formados en su casa, Lucas Martínez Quarta y Gonzalo Montiel.

Y el “vamos vamos los pibes” del público local no tardó en llegar una vez iniciado el juego, ya que Banfield se mostró muy superior a su rival, nada menos que el campeón de América. El elenco visitante se sostenía una y otra vez gracias a Franco Armani –anoche capitán por los suyos–, que le ahogó varias veces el grito al Taladro de manera increíble, como cuando a puro reflejo sacó al corner un tiro de esquina que Claudio Bravo desvió en el primer palo. Acto siguiente, el uno millonario detonó en reclamo hacia sus compañeros, de muy floja labor defensiva.

Razón no le faltaba. Por momentos, parecía que no había manera de que River saque la pelota desde el fondo. En ataque, mientras tanto, el Millonario presentaba el debut como titular de Matías Suárez –hasta allí jugó tres partidos, todos ingresando como suplente–, quien elaboró la mejor situación de la vista en la primera parte cuando habilitó a Rafael Borré, que demoró demasiado en controlar y desperdició la ocasión de gol.

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Zuculini disputa la pelota en la noche del Florencio Sola.

El partido se apagó a los 27, pero no por la mala actuación de los futbolistas, sino porque se fue la luz del Florencio Sola durante veinte minutos. En ese lapso, sin embargo, la acción no desapareció sino que se trasladó a los bancos, ya que Gallardo fue a reclamarle por el apagón a su ex compañero Crespo, incrédulo ante el pedido del Muñeco.

Al regreso, la tónica no cambió. Banfield seguía siendo más. Pero no lo materializaría sino hasta el complemento, cuando a los 56 un zurdazo de Agustín Urzi desde la izquierda encontró un desvío de Agustín Fontana –en posición adelantada– que descolocó a Armani, de floja reacción.

Con la ventaja, el local se retrasó y apostó a la velocidad de sus juveniles para el contragolpe y a la solidez de Iván Arboleda en el fondo. Y el uno colombiano respondió bien, como ante un tremendo tiro libre de su compatriota, Juan Quintero. Pero a los 83, Suárez –el mejor de la visita– sintió un empujón, se dejó caer en el área y llegó el penal para River. El ingresado Lucas Pratto se hizo cargo, Arboleda se lo detuvo de gran manera pero el rebote le fue al Oso, que ahora sí puso el 1-1 para que se desahogue Gallardo y para que Crespo siga con el grito atragantado.