La Justicia dará a conocer mañana la sentencia en el caso de Mario Rubén Castillo, el hombre que está sentado en el banquillo acusado de haber abusado de dos de sus hijas, haber embarazado a una de ellas a los 14 años y haber intentado matarla, años después. La Fiscalía insistió ayer con el pedido de pena de 39 años de prisión. "Lo único que puede ser atenuante es que no tiene antecedentes", aseguró el fiscal Sebastián Narvaja tras dar cuenta de la gravedad de los delitos enmarcados en hechos espeluznantes. "Ella confía en ustedes", le dijo la fiscal Alejandra Raigal al Tribunal, mientras M. sollozaba desde su silla de ruedas.

En los alegatos de cierre del juicio que comenzó hace diez días, Fiscalía y abogadas querellantes del Centro de Asistencia Judicial insistieron con las penas solicitadas al inicio, luego de considerar "probados" cada uno de los delitos achacados al acusado. "No son probabilidades; sino certezas", aseguró Raigal sobre los testimonios de toda la familia de la joven que fue sometida desde los 12 a los 18 años, incluso después de que el acusado la dejara en una silla de ruedas tras dispararle en el cuello.

Narvaja agregó que la chica sufrió los abusos en el marco de un "patriarcado opresivo" que incluyó "reducción a la servidumbre" desde que era niña. "Ella pesaba 40 kilos y el acusado 120; pero como si fuera poco, solía tener el (arma calibre) 38 en la mano"; y hasta "le impidió su derecho a abortar".

El tribunal compuesto por María Chiabrera, Facundo Becerra y Martín Lanzón analizan la prueba expuesta en las audiencias y mañana al mediodía darán a conocer el fallo.