El senador estadounidense Bernie Sanders, que perdió la nominación presidencial demócrata con Hillary Clinton e inclinó desde entonces el partido hacia la izquierda, lanzó ayer su candidatura a las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2020. Trump, por su parte, no tardó en deslegitimar su anuncio.
El político independiente de 77 años que que se alió con el Partido Demócrata se sumó a la docena de precandidatos que busca la nominación para ganarle a Trump, un campo en el que se espera la postulación de Joe Biden, el ex vicepresidente de Barack Obama. Sanders se autodefinió como socialista democrático y dijo que es hora de completar la revolución política que comenzó en 2016. “Se trata de crear un gobierno y una economía que sirvan a muchos, no solo a unos pocos”, dijo el senador de Vermont, al lanzarse al ruedo con un correo electrónico a sus seguidores, entrevistas en radio y televisión y un largo mensaje en video.
Sanders cuestionó duramente al mandatario republicano, a quien lo definió como un mentiroso patológico, racista, xenófobo y alguien que está socavando la democracia estadounidense. “Ahora más que nunca necesitamos un liderazgo que nos una, no que nos divida”, dijo.
En su discurso difundido por redes, Sanders aseguró que su campaña va más allá de ganarle a Trump. “Nuestra campaña consiste en transformar nuestro país y crear un gobierno basado en los principios de justicia económica, social, racial y ambiental”, señaló y luego prometió ir contra los poderosos intereses que rigen a Estados Unidos, entre los que mencionó a Wall Street, aseguradoras y la industria militar.
La campaña anterior de Sanders estuvo centrada en la lucha contra la desigualdad de ingresos y ayer volvió a insistir con las mismas propuestas: la búsqueda de una cobertura universal de salud y una matrícula universitaria gratuita, un aumento del salario mínimo a un salario digno, y una agresiva lucha contra el cambio climático. “Todas estas políticas tienen ahora el respaldo de la mayoría de los estadounidenses. Ahora es el momento de completar esa revolución iniciada en 2016 e implementar la visión por la que luchamos”, enfatizó Sanders, quien prometió reunir un millón de voluntarios en todos los estados del país.
La administración de Trump no tardó en responder y dijo que si bien los demócratas pueden haber abrazado las ideas que defiende Sanders, el pueblo estadounidense no lo hizo. “Sanders ya ganó el debate en las primarias demócratas, porque todos los candidatos están adoptando su marca de socialismo”, dijo la administración de Trump en un comunicado. “Pero el pueblo estadounidense rechazará una agenda de tasas impositivas altísimas, atención médica administrada por el gobierno y dictadores como en Venezuela. Solo el presidente Trump mantendrá a Estados Unidos libre, próspero y seguro”, concluyó.
Algunas activistas del movimiento #MeToo también se manifestaron en contra de la candidatura de Sanders después de que varias integrantes de su campaña de 2016 denunciaron públicamente haber sido acosadas sexualmente por sus compañeros, también empleados de Sanders. Sin embargo el actual candidato pidió disculpas públicas al respecto.